
Rompamos el pacto infame de hablar a media voz.
Dejemos la encrucijada por el camino real y la ambigüedad por la palabra precisa.
Al atacar el error y acometer contra sus secuaces, no propinemos cintarazos con espada metida en la funda: arrojemos estocadas a fondo, con hoja libre, limpia, centelleando al sol.
¡¡No te quedes en esta página!! Sigue leyendo en tu biblioteca…
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