Pascual ha sido en algún momento Coordinador General de la Red, miembro del Comité Central de Coordinación, del Consejo Permanente, del Consejo de los Mayores… y continúa siendo Bibliotecario Rural.
La Red se precia de contar con la sabiduría de Pascual, con su generosidad y afecto limpio.
Pero no son sólo sus extraordinarias cualidades como comunero: aunque Pascual ni siquiera pudo terminar sus estudios primarios, nunca cesó de estudiar y más aún, como lector se especializó en historia medieval europea, a más de su incalculable bagaje en otros campos.
En la reciente Asamblea General de la Red, Pascual recibió el homenaje y el Mérito a la Constancia, en reconocimiento a su dedicación y compromiso con la lectura y cultura de sus comunidades.
Toda la Asamblea expresó su reconocimiento por el trabajo y la perseverancia de este veterano nuestro.
“No soy digno –Dios lo sabe– de estos distingos, ya que trabajo con humildad y me identifico con el amor a los libros.
Tampoco tendría cómo pagar la alegría que me otorga la presencia de niños y jóvenes que siguen por la senda del saber y de la cultura. Porque este honor y esta alegría es el verdadero camino de un bibliotecario; los bibliotecarios estamos llamados a ser autoridades culturales, agentes de este sueño comunitario.
Agradezco al Padre Juan, que junto con Alfredo me motivaron para no rendirme nunca, para seguir leyendo los caminos y este tesoro que son los libros y las palabras.
Gracias a mi comunidad, a mi familia y a todos ustedes, mis hermanas, mis hermanos”.
Pascual recibió y seguirá recibiendo el abrazo franco de toda la Asamblea. Y él asumió la entrega de las alforjas cargadas de libros –símbolo de nuestros andares para visitar a las bibliotecas en el campo– a aquellos Coordinadores que se habían destacado en sus diversas acciones de Promoción de la lectura en las comunidades.
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