Se hacían fuegos focalizados en los amplios espacios de los páramos, donde no pudiera afectarse a nadie.
Pero en muchos lugares se ha ido distorsionando el sentido de este ritual, porque ahora se quema en cualquier lugar y sin ninguna consideración, afectando chacras y espacios en riesgo.
Jóvenes de la ciudad, incluso, van a los cerros de la zona quichua llevando neumáticos para comenzar los incendios.
Nos toca también la tarea de ir hablando en nuestras comunidades sobre estos problemas e ir viendo juntos cómo podemos resolverlos.
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