
Y estos amigos son muy activos. Preparan galletas y panes de fruta seca para vender en Navidad; animan a niños escolares a juntar los juguetes que quisieran compartir con los niños en Cajamarca; coleccionan lentes para los Juanitos aquí; dan charlas a grupos de ancianos o de las iglesias sobre nuestro trabajo en el Perú y –sobre todo– siempre están cuando se les necesita.
Muchas sillas de ruedas para niños de nuestro Programa Comunitario, muchos animales menores para la crianza, infinidad de materiales de terapia y medicamentos homeopáticos han podido ser adquiridos gracias a las cuotas anuales de los socios de la Honda de David o “David´s Schleuder”, como se llama en alemán.
A mediados de octubre se encontraron algunos socios en Altensteig para su reunión anual. Mostraron mucho interés en los trabajos realizados en el transcurso del año y los proyectos a futuro, revisaron las cuentas y agradecieron la labor solidaria de la presidenta y la tesorera.
Nosotros, desde Cajamarca, nos sumamos a este agradecimiento.
La amistad es como las estrellas.
No podemos verlas siempre,
pero sin embargo sabemos que están ahí.
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