El GEPA (Grupo de Estudios de la Prehistoria Andina) de nuestra Red, estuvo en la comunidad de Catache para conocer y saludar al Apu El Retablo, a inicios del mes de julio.
Acompañados por las autoridades comunales, tuvimos la ocasión de hacer un largo recorrido por el área.
El cerro conserva vestigios de ocupación muy antigua entre los santuarios, tumbas y galerías subterráneas que lo caracterizan.
Desde el interior de los ductos se puede acceder a enormes ventanas naturales ubicadas en los farallones inaccesibles desde el exterior. Y desde ahí contemplar el imponente paisaje en el que sobresale la cúspide del Apu Tantarica, el lugar donde aún hoy permanecen los restos de la antigua ciudad de piedra que fuera, probablemente, capital de la gran comunidad de los Cuismanco, hasta antes de la llegada de los Inca a territorio cajamarquino.
El Retablo ha estado cubierto de bosque hasta hace poco, pero el pastoreo de cabras ha medrado su abundancia. Se conservan aún árboles de maqui-maqui, así como lorowach’anan (lugares de anidar para los loros). Y en el imponente mogote del Cashaloma (“La loma de las espinas”) se puede hallar gran cantidad de libiactuyu (“La bromelia del señor del rayo”, del ayllu de los llacuaces), una laya de penca poco frecuente en el área.
Acompañados por las autoridades comunales, tuvimos la ocasión de hacer un largo recorrido por el área.
El cerro conserva vestigios de ocupación muy antigua entre los santuarios, tumbas y galerías subterráneas que lo caracterizan.
Desde el interior de los ductos se puede acceder a enormes ventanas naturales ubicadas en los farallones inaccesibles desde el exterior. Y desde ahí contemplar el imponente paisaje en el que sobresale la cúspide del Apu Tantarica, el lugar donde aún hoy permanecen los restos de la antigua ciudad de piedra que fuera, probablemente, capital de la gran comunidad de los Cuismanco, hasta antes de la llegada de los Inca a territorio cajamarquino.
El Retablo ha estado cubierto de bosque hasta hace poco, pero el pastoreo de cabras ha medrado su abundancia. Se conservan aún árboles de maqui-maqui, así como lorowach’anan (lugares de anidar para los loros). Y en el imponente mogote del Cashaloma (“La loma de las espinas”) se puede hallar gran cantidad de libiactuyu (“La bromelia del señor del rayo”, del ayllu de los llacuaces), una laya de penca poco frecuente en el área.
No hay comentarios:
Publicar un comentario