julio 31, 2023

Idilios

El reflejo de la luna
en un pétalo mojado
la primera miel del día
de un colibrí enamorado.

Una gota de rocío
el ala de un escarabajo
la cima de la montaña
mirándola desde abajo.

Eso eres vos y de lejos
la inspiración más hermosa
el sueño de los deseos
la sonrisa más preciosa.

El brillo de un ojo tierno
un rayo de sol cantando
el eco de un fiel suspiro
un hilo de voz brillando.

El olor de la tierrita
tras el primer aguacero
y un cartucho de azucena
brindando con un lucero.

El saliente de una roca
para trepar la montaña
un espacio limpiecito
en medio de la maraña.
 
Alfredo Mires Ortiz
“Resuellos”


Bienvenidos, para seguir andando

La llegada de un ser querido, el nacimiento de una criatura, son para nuestras familias comunitarias motivo de esperanza y celebración.
Hace unos días, tres nuevos libros llegaron a la Red; dos de ellos como reediciones -a pedido de nuestros lectores- y uno, completamente nuevo, de autoría de nuestro compañero Alfredo Mires: su herencia es inacabable.
Los nuevos miembros de la familia bibliotecaria vienen cargados de encanto y sabiduría; cuentos y relatos referentes a los instrumentos musicales en la tradición cajamarquina; juegos y pautas para la atención y rehabilitación de nuestros queridos Juanitos -niños con “discapacidad”, atendidos por los voluntarios del Programa Comunitario de la Red- y, nuestros queridos ñaupas organizados en mandalas para ayudarnos con la motricidad y los cientos de beneficios de la pintura.
Que estos nuevos hijos y grandes compañeros animen nuestras andanzas y fortalezcan el compromiso de toda la familia bibliotecaria para seguir siendo.

El Ñaupa en Colombia

Ayer me llegó la foto de una Ñaupita pintada. Era una de las páginas del libro El Ñaupa para colorear que diseñó Alfredo Mires en el 2021. Lo hizo porque, desde el Programa Comunitario, le habíamos pedido un libro para colorear con motivos de la cultura andina.
Cuando miré bien la foto de esta Ñaupita me di cuenta que tenía muchos más detalles que el original: se había llenado de imágenes que parecen haber salido de las paredes de alguna pintura rupestre o del sueño de algún enamorado. Está llena de diseños y cositas que invitan a hacer volar la imaginación y a perderse en la fantasía.
Lo ha hecho nuestro amigo Mateo Oquendo. Nuestra hija Mara le ha llevado un Ñaupa para colorear a Medellín para intentar dibujar una sonrisa en la cara de Mateo. Y el resultado es espectacular. 
Gracias, Mateo, por darnos tu ánimo desde Colombia. Eres fantástico. Y sé que Alfredo te está sonriendo desde donde está ahora.
Rita Mocker




Aprendiendo juntos

Uno de los principios de la Red de Bibliotecas Rurales es la capacitación permanente de todos los que formamos parte de esta familia. Y, una de las mejores formas de aprender es cuando nos juntamos para leer, conversar, intercambiar experiencias y escuchar lo que los demás tienen para compartir con nosotros.
Es así que, hace unos días, nos reunimos con los coordinadores voluntarios del Programa Comunitario de la Red. En esta reunión de capacitación tuvimos la, siempre grata, visita de la profesora María Trinidad Arana, quien compartió con nosotros la importancia de la participación de la familia para la rehabilitación de los niños con capacidades proyectables. Mara Mires, voluntaria también, nos ayudó a comprender más el mundo de la tecnología, enseñándonos cómo dar mejor uso a una Tablet; compartimos un círculo de lectura dirigido por don Sergio Díaz, coordinador voluntario del Programa; fue también necesario dedicar un momento a la preparación de medicina homeopática, dirigidos por Rita Mocker, responsable de estos quehaceres. Y, como no, darnos siempre un espacio para recordar, conmemorar y agradecer la presencia y sabio legado de nuestro compañero Alfredo Mires. Bien sabemos que es él quien sigue guiando este trabajo.
Para nosotros, estas reuniones de capacitación son muy importantes porque no solamente aprendemos más, sino que nos anima encontrarnos, conversar para saber cómo nos va y planificar nuevas acciones que nos permitan avanzar. Valoramos mucho la presencia de los coordinadores voluntarios que ponen todo su esfuerzo para trasladarse desde sus comunidades hasta nuestra sede central y el apoyo de nuestros compañeros voluntarios de la Red por su constante ayuda en los detalles logísticos.

Murales

A mi esposo, Alfredo Mires, le fascinaban los murales, estas pinturas inmensas que adornan paredes y paredones y que nos inspiran a pensar. Creo que esa fue una de las razones por las que viajaba y caminaba los cerros de Cajamarca para recuperar e intentar descifrar las pinturas rupestres y los mensajes que nos han dejado los antiguos pobladores de estas tierras.
Y he sido testigo de muchos momentos cuando Alfredo se paraba frente a un grafiti para tomarle foto o anotar el texto en su libreta; también su computadora está llena de archivos con estos apuntes de grafitis.
A veces, tomando juntos un café por la tarde, me hablaba de sus proyectos, de decorar el local de Bibliotecas Rurales con grafitis y murales, de adornar nuestra casa con sus textos y pinturas o de convencer la gente de algún pueblo bonito para que dibujaran y escribieran los cuentos de la Enciclopedia Campesina en las paredes de sus casas, haciéndolo así aún más bonito. 
Por eso no me sorprendió cuando nuestra hija Mara hace un par de semanas me preguntó si puede adornar las paredes, puertas, gradas y otros espacios de nuestra casa con dibujos, pinturas y textos de su padre.
En eso andamos: pintando, dibujando y escribiendo en diversos espacios en el corazón de nuestro ayllu. Creo que eso es la manera de Mara de transformar la casa para que ya no nos recuerde tanto y en cada rinconcito a la ausencia Alfredo, pero también para seguir sus pasos, para plasmar su memoria y honrar su legado. Para siempre, Alfredo.
Rita Mocker

El Programa Comunitario en Chota

En julio, la responsable del Programa Comunitario, Rita Mocker, y Mara Mires salieron a visitar los niños con capacidades proyectables y sus familias en Chota. Fue la primera salida larga después de la pandemia. Si bien ya habíamos retomado nuestro trabajo, por motivos personales Rita no tenía posibilidades para realizar estas visitas que demandan mucho tiempo fuera de Cajamarca.
Los niños y las familias nos recibieron con los brazos abiertos. Hubo mucho que conversar después de tan larga ausencia, de tanto tiempo extrañándonos. Pero fue también muy alentador ver que todos los niños que ya llevan tiempo en el Programa Comunitario han mejorado sus condiciones personales. Eso se debe a la esmerada atención de los coordinadores del programa; en este caso a Dona Guevara y Sergio Díaz, quienes han sabido llevar para delante el trabajo, pese a la ausencia de la responsable. Pero se debe también al compromiso de los padres en el proceso de rehabilitación de sus hijos.
Encontramos varios niños que recién han entrado al Programa Comunitario. Con ellos conversamos, ajustamos los planes de recuperación individual, enseñamos ejercicios y nuevas técnicas de terapia.
Es muy grato sentir el interés, el cariño, la dedicación y el empeño que ponen los niños y familiares para salir adelante. Regresamos con el corazón contento y con la esperanza de haber contribuido con un poquito para que la vida de esos niños sea más fácil y que ellos sean más felices.

Visitas que reconfortan

Quiero empezar con la simpleza y naturalidad que empezaría un escrito, pero con nervios y muchas ideas que son difíciles de sopesar en las letras escritas aquí.
Desde hacia mas de dos meses surgió una conversación muy natural con la bella Nathalia Quintero, profesora de la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia, en donde me expresaba los deseos de venir a visitarnos y conocer, con sus alumnos, la Corporación “Laboratorio del Espíritu”, ubicada en El Retiro, Antioquia, Colombia.
Reconocer lo importante de escucharnos, contarnos, preguntarnos por lo que hacemos en nuestros lugares, es esencial para entender si este es nuestro camino o si es necesario desviarnos levemente para fortalecerlo.
Llegó la hora de recibirlos y, con todo el amor y la entrega para que esta visita sea recordada tanto para ellos como para nosotros, con una sonrisa en el rostro empezamos a conversar sobre cómo les había ido durante el camino de ida, a presentarnos y ¡oh!, sorpresa conocí a la bella esposa e hija de Alfredo Mires, un ser excepcional que recuerdo y admiro profundamente. En varios espacios conversé con él y me compartió que lo simple, lo amable, lo inefable es lo más bello que podemos tener.
Transcurrió toda la mañana en sonrisas, preguntas y respuestas y en un momento muy especial que, como Laboratorio del Espíritu, siempre ofrecemos a quienes nos visitan, compartiendo también en un taller de lectura y escritura creativa. Vivenciar un espacio de reflexión entorno a la lectura en voz alta y que a partir del libro, podamos reconocernos y entender las situaciones que transcurren en nuestras vidas: que las hojas en blanco sean nuestras más grandes escuchadoras de lo que sentimos y pensamos, pues ahí se plasman; en palabras que se convierten en frases que le dan sentido al momento que se vive.
Y, para terminar, agradecer a la vida estas nuevas personas maravillosas que pude conocer y llevaré siempre en mi memoria.
Luz Mirella Bedoya 
Miembro de la Corporación “Laboratorio del Espíritu”

Sabiduría comunitaria II

Husmeando por las redes, encontramos este afiche que nos recuerda a tantas frases que solemos decir aquí, en nuestra Red de Bibliotecas Rurales: en los libros, en los afiches de animación a la lectura, en las paredes de nuestra casa. Alfredo tenía la habilidad para crear expresiones que nos dejaban encantados, también jugaba mucho con las palabras y el resultado era unas combinaciones geniales de poesía, buen humor, trabalenguas y reflexiones que a veces, incluso, nos dejaban la tarea de pensar, leer y re leer hasta entender.
Y también nos queda el legado de la sapiencia que nuestros antecesores han ido dejando es las publicaciones de la Red.
“El pensamiento es un trabajo,
El grupo de lectores es la chacra,
Los libros herramientas,
Lo aprendido es la cosecha.”
Raymundo Silva Ch., de Cortegana
Somos nosotros. Tomo 10. Serie Nosotros los Cajamarquinos.
“Leyendo ahuyentamos las oscuranas”
“Me gusta cuando lees porque estás como presente”
Alfredo Mires Ortiz
Afiches de animación a la lectura

julio 02, 2023

Para seguir andando

“Desde el compromiso inaplazable de concebir el desarrollo regional tomando en cuenta las particularidades de los desarrollos locales, viene al caso preguntarnos qué significa una biblioteca o qué imagen tiene de ella la gente; qué mensaje comunica y cómo repercute en la vida diaria de los postergados; de dónde proceden los libros y las informaciones que manejan; y qué biblioteca contiene y puede prestar los servicios que realmente reciba la población para ir satisfaciendo sus necesidades, entreteniéndose y vitalizándose.”
Alfredo Mires Ortiz
Extracto de su conferencia presentada el 17 de abril de 2008 en el Teatro Parque Biblioteca Belén de Medellín, Colombia

Sabiduría comunitaria

Leyendo, como aprovechar a veces los momentos de descanso, encontramos algunos pensamientos, refranes, frases antiguas, dichos… 
Algunas llaman nuestra atención de manera muy especial porque nos recuerdan el legado de las comunidades campesinas y de nuestros mayores, que, de manera sencilla, comparten su sabiduría, el andar de todos sus años.
Los mayores no guardan nada, lo dan todo, no importa si su nombre queda o no registrado en alguna parte porque lo importante es que nosotros sepamos de lo que ellos vivieron.
Por ello encontramos muchas frases anónimas de las que solo podemos estar eternamente agradecidos.



La ensoñación del Ñaupa

Entre los muchos libros que escribió nuestro compañero Alfredo Mires, siempre encontramos uno u otro que nos llama más la atención, que nos guste más, por algún motivo, algún acontecimiento o alguna afinidad. 
La ensoñación del Ñaupa, una de las últimas creaciones de Alfredo, es un libro bello con textos cortos, pero muy profundos. 
Lo puede leer un niño que recién empieza a aprender a leer como también un anciano, que va a encontrar mucha sabiduría de la vida en estos textos sencillos y humildes.
Es un libro que nos invita a luchar para que estos sueños del Ñaupa se hagan realidad. Aquí. Y ahora.
Con gratitud, compartimos un fragmento.

Como están hechos de amares
los sueños se buscan
y encuentran.
Un sueño con una sueña
se juntan
y tienen sueñitos
que nacen,
crecen,
se reproducen
y sueñan.

Hoy conocí a Alfredo Mires

El pasado 26 de mayo me encontraba en la Biblioteca Pública Piloto en Medellín, Colombia, en un conversatorio sobre la Red de Bibliotecas de Cajamarca y el legado de Alfredo Mires Ortiz. Se sintió como una conversación familiar de esas donde toda la familia se junta para escuchar al más sabio contar historias sobre aquellos que ahora están en un lugar mejor, pero que nos acompañan en alma y espíritu. En este caso la persona más sabia, quién tenía el mando de la palabra era Rita Mocker, acompañada y apoyada por Mara Mires Mocker, su hija.
Rita, nos contó sobre el voluntariado, que más que un voluntariado, es la historia del origen de una familia: desde cómo comenzó todo con el fuerte ideal de un sacerdote inglés que llegó a Perú, con todas las ganas de hacer de éste un mundo mejor para quienes no tenían ni voz, ni visibilidad; a través de la lectura y de “esos ladrillos que hablan”. Aprendiendo como los libros son herramientas para demostrar al mundo que nuestra gente campesina también tienen mucho que enseñar y mostrar. Hasta como el legado de esta bella misión quedó en manos de Alfredo Mires, junto a Rita y sus hijos y todas las personas que han ayudado desde entonces. 
La manera en que se contaban estas historias se sentía casi como si estuviera en una conversación con el mismo Alfredo, y que, en cada palabra dicha se sintiera una profunda empatía y admiración por todo su trabajo: su empeño, sus pasatiempos, su trabajo, sus ideales, su amor por su familia y las personas, y por todo lo que fue, es y será, a través del tiempo. 
De igual manera Rita nos compartió parte de su historia. Una mujer fuerte que, de igual forma, sintió el llamado por querer ayudar a las personas. Y llena de amor se aventuró desde Alemania hasta Perú a cumplir con su llamado. Ella es esa figura maternal que mantiene un ambiente cálido y agradable. Gracias a ella y su forma de expresarse es que este conversatorio se sintió cómo se sintió: como una charla de hogar. 
En agradecimiento a todo lo que se puede agradecer, Mara y Rita nos compartieron el ritual andino, el pago a la tierra, practicado en los paisajes y tradiciones cajamarquinos, para poder agradecer a la madre naturaleza, a las personas que nos rodeaban y habían hecho posible aquel encuentro. Momento, en el que todos los espectadores del conversatorio pasamos a ser participantes y, de alguna manera, conectamos unos con otros por un sentimiento en común: agradecer. 
Finalmente, Mara, junto a sus amigos de danza y de vida, compartieron una muestra artística en forma de danza, que se sintió como un resumen y materialización de todo eso que considero, todos los presentes en el evento, pensamos a lo largo del conversatorio: una danza que expresaba muy bien la esencia de Alfredo. Desde los colores en los trajes de los danzantes, hasta los momentos y situaciones que presentaban; al mismo tiempo, la danza que demostraba el gran talento de los bailarines y de Mara, que es en sí misma la muestra de lo maravillosa que es la familia Mires Mocker.
Marco Beltrán Pérez

En buena compañía

“El amigo es un hermano, en tiempos de angustia”, nos dicen nuestros mayores en el libro de “Dichos y refranes”.
Contar con amigos decididos a seguir acompañándonos, a poner el hombro para continuar con la propuesta de la Red de Bibliotecas Rurales, el gran legado de nuestros queridos Alfredo Mires y Juan Medcalf, nos anima, nos reconforta y nos hace sentir cada vez más comprometidos.
Estos días tuvimos la grata visita de Alain y Myriam Laigneaux, miembros de la Asociación Esperanza TM, con quienes compartimos recuerdos, enseñanzas, logros y desafíos. Para nosotros es conmovedor ver su aprecio e interés por las producciones de la Red. Sus miradas al contemplar cada uno de los libros en los estantes, lo decían todo. 
Ha sido también bueno para nosotros sentir el aprecio y el respeto que muestran hacia nuestros compañeros mayores, como es el caso de don Pascualito Sánchez, de la comunidad de Chuco en San Marcos, a quien además admiran por toda su sabiduría.
Gracias Alain y Miriam por la conversa, su cariño y aprecio.


Junturas y conversaciones

Gracias a la coordinación de nuestra compañera Nathalia Quintero, como miembro de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, Rita Mocker y Mara Mires participaron en el evento Junturas y conversaciones: vínculos populares, comunitarios, rurales y aca-démicos los días 16 y 17 de junio en las instalaciones de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, en la Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia. 
Rita compartió la concepción, los objetivos, los programas y las acciones de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, además participó en un círculo de la palabra en la que conversó con otras personas representantes de instituciones relacionadas con la lectura, los libros, el trabajo comunitario, popular y académico. Estuvo presente la dinámica de ciegos y amarrados coordinada por Rita, además de la ofrenda a la tierra y nuestra emblemática joijona.
Mara logró que muchas personas pudieran adquirir libros de la Red de Bibliotecas Ru-rales de Cajamarca y de Alfredo Mires Ortiz.
Esta juntura es la semillita de acuerdos de voluntariado, pasantías, capacitaciones para fortalecernos como una gran comunidad andina rural y popular latinoamericana.

Bibliotecas en Colombia

En representación de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca tuve la suerte de poder viajar a Medellín, Colombia en junio de 2023. Quería conocer más acerca de la oferta de libros, bibliotecas y promoción de lectura que ofrece este país – ¡y quedé impresionada!
En la Plaza Central de muchos pueblitos uno encuentra espacios pequeños, como casetitas, que ofrecen un servicio de préstamo de libros. Uno encuentra libros en los vehículos de transporte público o publicaciones pequeñas gratuitas en las Ferias del Libro. Hay Fiestas del Libro, donde los bibliotecarios ofrecen sus habilidades leyendo a grandes y pequeños y hasta en algunos restaurantes prestan o venden libros. La lectura y el tintico -como llaman los colombianos a este café exquisito que se sirve en taza pequeña- están en todas partes.
También están las bibliotecas como tal, espacios grandes con mucha variedad de libros y con una amplia oferta de espacios de lectura. Algunas de estas bibliotecas pertenecen a las Cajas de Compensación, entidades privadas creadas con el fin de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. Estas Cajas brindan servicios de salud, educación, recreación, cultura y otros programas pensados para llevar bienestar a la población.
Por mi trabajo con los niños con capacidades proyectables y el programa de Leer para los otros de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca tenía especial interés en conocer una bebeteca y me llevaron al Parque Biblioteca Belén…estoy haciendo hincapié en “Parque” porque es un espacio realmente impresionante.
Las bebetecas son -como seguramente ya adivinaron- bibliotecas para bebés. Y, en efecto, ahí van bebitos, desde recién nacidos hasta los seis años de vida, siempre en compañía de sus padres. Pero también van madres gestantes y no es raro ver a un bibliotecario leyendo “a la barriga” de una futura madre. 
Para cada edad hay libros específicos, aunque muchas veces son adultos los que leen o prestan los libros infantiles. Y para cada edad se adaptan las actividades de promoción de la lectura: canciones de cuna, viajes al espacio, exploradores que siguen las huellas de Moby Dick, poemas escritos por niños, manualidades hechas por padres de familia, rimas, poesías, cuentos, novelas juveniles… todo lo que uno se puede imaginar.
Hay espejos de agua, árboles y huertas, mesas y sillas pequeñas, pero también hamacas, colchones y cojines en forma de dinosaurio o mariposas gigantescas colgando desde el techo. En el país de Gabriel García Márquez, la imaginación no tiene límites y Macondo puede construirse en cualquier rincón.
Rita Mocker

Sólo se levantarán murallas
para dibujar,
para escribir poemas
y para que juegue el viento.

Alfredo Mires
“La ensoñación del Ñaupa”