enero 31, 2021

1971-2021: Homenaje a nuestra Red - 1

¿Cómo no seguir vibrando acompasadamente en nuestro Ayllu?
La Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca no solo es una organización sin fines de lucro, es también, y aún más, una comunidad de mujeres, hombres, niños, jóvenes; apus, puquios, lagunas, caminos, cuycitos, crianzas; capulíes, tunas, lúcumas, granadas… en fin, ¡tantos somos porque aquí estamos!
La Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca es nuestra casa, es nuestro ánimo y resuello; es nuestra fuente de conocimiento y vivencia campesina; principio de armonización y querencia. Maestra ejemplar de nuestros ancestros; maestra presente de nuestros futuros.

Homenaje al ánimo y al impulso - 1

Este 2021 es año de conmemoración chacarera, comunera y andina de la Red de Biblioteca Rurales de Cajamarca.
En sus 50, ofrecemos nuestro cariño y admiración, nuestro respeto y agradecimiento a todas las familias campesinas bibliotecarias que hoy siguen y permanecen “con los libros en la Tierra”.
Queremos recordar y ofrecer siempre nuestro aliento al Padre Juan Medcalf Todd, fundador de la Red, y a Alfredo Mires Ortiz, propulsor y guía: gracias a ellos por tanto.

¡Qué lindo es ser voluntario!

Así dice una canción que cantaba y sigue cantando Víctor Jara. Y dice también entre sus versos: “Si la montaña no viene anda hacia ella”.
Hace poquito tratábamos de comunicarnos con nuestro compañero Jacinto Aguilar, de la lejana comunidad de Carrizal, y no podíamos lograrlo ni con lo ‘buena’ que es la señal de celular por estos lares.
No hallábamos la forma, además, en medio de las restricciones por el Covid.
Así que llamamos a nuestro amigo Miguel Rodríguez, voluntario de la Red en la provincia de Cajabamba, para consultarle si había algún modo de contactar a la comunidad. Y su respuesta fue: “Yo voy. Díganme cuándo debo ir”.
Y fue: Miguel hizo el tramo en motocicleta hasta encontrarse con Jacinto.
Ese aplomo, ese arremango, esa osadía y denuedo, son escuela y son ejemplo.
Gracias a Miguel y a quienes como él pueblan este camino querido y portentoso.

Es mejor leer

Hace algunas semanas vi una publicación en una red social, tenía una cita que me llamó la atención, era un poco extraña y estaba atribuida a un texto extraído de uno de mis libros favoritos: “El Principito”. Me incomodó no reconocer dicha cita, no recordarla, pese a haber leído el libro muchas veces. Entonces tomé el libro y lo volví a leer con mucho cuidado para ubicar el texto citado, y no lo encontré. Además, tanto el mensaje como el lenguaje parecían más bien sacados de esas frases que se inventan “al paso” para salir de algún apuro.
Al respecto, y no solo haciendo referencia a textos literarios sino también históricos, en una conferencia acerca de las culturas originarias, nuestro compañero Alfredo Mires mencionaba otras omisiones y distorsiones que se van constituyendo en terribles errores y nos impiden conocer la verdad de cómo suceden los acontecimientos. Por ejemplo, dice:
La historia oficial está llena de vergonzosas omisiones, de cobardes ambigüedades y de horrendas distorsiones.
Pero, además, en estos días, circulan datos como este:
“Querido Sancho: Compruebo con pesar, como los palacios son ocupados por gañanes y las chozas por sabios. Nunca fui defensor de los reyes, pero peores son los que engañan al pueblo con trucos y mentiras, prometiendo lo que saben que nunca les darán. País este, amado Sancho, que destrona reyes y corona piratas, pensando que el oro del rey será repartido entre el pueblo, sin saber que los piratas solo reparten entre piratas”.
Esto es falso: no está en la obra de Cervantes: es un bulo. [Un bulo es “una falsedad articulada de manera deliberada para que sea percibida como verdad. El anglicismo hoax (farsa), con el que también es conocido, se popularizó en español al referirse a engaños masivos por medios electrónicos, especialmente Internet” (…) “BULO = porquería, palabra caló (calé, zincaló o romaní ibérico), lenguaje de los gitanos españoles"].
Me comentaba también uno de mis hijos que, al leer libros que han sido llevados al cine, encuentra muchas diferencias, no solo en reducción del contenido -lo cual se entiende por un tema de tiempo-, sino de cambios en las tramas, en escenas y en otros aspectos que le restan delicia a los textos originales. Y siempre es una pena saber de libros que tienen tanto por mostrar y que se desconocen porque solo se ve lo que la película elige.
En nuestras Bibliotecas Rurales de Cajamarca siempre decimos que es mejor leer el libro antes de ver la película. Acá, nos dejamos “domesticar” (esta palabra sí está escrita en “El Principito”) por los libros. Y queremos seguir “creando vínculos” con ese ser maravilloso al que podemos palpar, deshojar, abrazar, leer y releer cuantas veces nos sea posible. Y este vínculo libro-lector es indispensable para no dejarnos engañar por los famosos “bulos” de las redes sociales, para conocer esos datos que la historia oficial nos oculta, y también para imaginar naturalmente todas las escenas que podemos encontrar en cada página de un libro y son imposibles de realizar para cualquier película. A veces, cuando escuchamos comentarios como “ese libro es muy bueno, merece ser llevado al cine, ojalá se anime algún productor”, pensamos si no sería mejor decir “Ojalá lo lea mucha gente, antes de que sea llevado al cine”.
Lola Paredes

La biblioteca rural itinerante

Finalizando el año 2020, Alfredo Mires compartió con bibliotecarios de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia.
El tema fue “La biblioteca rural itinerante y sus relaciones con la comunidad”, en la quinta sesión del Ciclo de Encuentros Virtuales del Programa Nacional de Biblioteca Itinerantes, PaLaBriando.
En esta ocasión Alfredo compartió su sabiduría sobre el tema de las bibliotecas como proyectos comunitarios y rurales autónomos. Algunos elementos que explicó:
- Lo comunitario no es una donación, ni una concesión, ni una dádiva.
- No solo el nacimiento, sino el camino. Según lo que se siembra y con quién se siembre, se verá la cosecha.
- La biblioteca debe emerger de los colores y el contexto rural.
- La comunidad básica nos forma, nos educa, nos fragua.
En este enlace puede verse el conversatorio completo:

Leer en familia

Nuestro amigo Daniel Sáenz More, quien hace ya tiempo fue también voluntario de nuestra Red, nos hizo llegar esta foto, con recuerdos de sus inicios como lector: en casa se leía, la familia leía.
Aquí, una foto de su madre, Anabella More Beaugy, bibliotecaria, leyendo con y para sus niños.

La memoria sigue viva

Para quienes amamos las tradiciones, los cuentos de nuestros abuelos son medicina para el alma, un gran aliciente en tiempos difíciles; estos cuentos no solo encierran sabiduría, sino que además son muestras del amor por lo nuestro, por todo lo que vive, por todo lo que existe.
Cada vez que escuchamos un cuento soñamos con los lugares, nos imaginamos disfrutando de los ricos alimentos, reímos, lloramos, nos asustamos, nos abrazamos, nos animamos, nos acompañamos.
Hoy, esta familia bibliotecaria próxima a cumplir 50 años, sigue contando y escuchando las historias de nuestros abuelos, de nuestras comunidades; y prontito, gracias al incansable empuje de nuestros compañeros, tendremos la dicha de disfrutar de los maravillosos cuentos que están por publicarse, ilustrados también por una compañera nuestra, quien nos dice que para dibujar mezcló su imaginación con sus recuerdos.
Felicitaciones, compañeros, y gracias por hacer posible que la memoria siga viva.

En el X Congreso Mundial del Idioma Quechua

Nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz fue invitado para dar una conferencia magistral en el X Congreso Mundial del Idioma Quechua, evento realizado en el mes de noviembre del año 2020. Allí dejó valiosos elementos para pensar sobre los matices y las distorsiones de nuestra historia y nuestra visión de mundo.
“Lo que llamamos Cosmovivencia andina es una realidad y una construcción –sobre la base de la irreductible heredad de nuestras comunidades–, pero es a la vez una deconstrucción dinámica de los entrabes que nos frenan y de los entramados que nos desorientan. Se trata entonces de conocer nuestras matrices y de desmontar la realidad distorsionada para redescubrir nuestros valores y nuestros caminos”.
Él señaló que es fundamental saber y valorar nuestras matrices y fuentes como comunidades andinas y, por tanto, descabalgar las distorsiones de dualidades y triparticiones de occidente que reducen la complementariedad y la armonización andina. Las comunidades nuestras viven la vida orgánica como un sacramento.
Recordó que el dominio se asienta si nos aceptamos inferiores y optamos por un comportamiento disminuido. La más dura colonización es la de la mente.

50 años y una fecha que nos marca

Una Marca es una identificación, una palabra o símbolo que distingue o resume información. El diccionario dice también que Marca es una “Señal que queda por contacto o presión de una cosa sobre otra”.
En el campo de Cajamarca nosotros usamos la palabra Marca como sinónimo de cargar, de poner en los brazos o en el regazo, de acunar. Cuando un niño está cansadito y ya no puede caminar, por ejemplo, decimos: “¡Márcalo!”
Y en nuestra lengua quechua, Marca o Marka significa región, lugar, pueblo.
Este 31 de marzo cumpliremos 50 años de venir andando, con los libros en la tierra.
Desde esta fecha que nos marca con todos los significados, podemos revisar el almanaque que hemos publicado y que, con gusto podemos remitirlo si nos lo indican.