diciembre 22, 2021

2021 - 2022

Premio Casa de la Literatura Peruana 2021


Desde Canadá

Jennifer Slauenwhite y Gordon Price, de London, Canadá, son amigos de la Red hace muchos años. Su trabajo y el entorno de su vida ha enfocado su atención en la vida de comunidades indígenas en todo el mundo y son muy sensibles a injusticias y vulneraciones de derechos de estas poblaciones, y es también esa preocupación que nos une.
En estos días enviaron una carta para Alfredo y la Red, felicitando por el premio con que ha sido reconocido este año.
Compartimos con ustedes las palabras de Jennifer y Gordon:
«Hemos leído sobre el reciente premio recibido por Alfredo y la Red de Bibliotecas Rurales, el Premio Casa de la Literatura Peruana. Sabemos que, para ti, Alfredo, la recompensa está en el trabajo en sí y no en los premios, pero nos inunda el corazón de alegría al saber que otras personas en el mundo reconocen el importante y conmovedor trabajo que has realizado. Nos sentimos orgullosos de ser amigos de un constructor de comunidades así. La Red de Bibliotecas Rurales ofrece un modelo que deseamos que se extienda a todos los pueblos indígenas que han sufrido la opresión colonial. Es el trabajo de restaurar la cultura, el conocimiento y el respeto por uno mismo”.
Gracias, Jennifer y Gordon, por su sincera y extraordinaria solidaridad y amistad.

El fondo de la Red

Nuestro compañero Alfredo Mires cuenta la experiencia de la Red, sus principios, sus inicios y sus aprendizajes:
“Hemos incorporado al corpus conceptual de la Red la palabra quechua “ñutqo”, que significa médula, que es la que atraviesa, conduce, mueve e inspira todo el cuerpo”.
Así comienza a contarnos acerca de tres principios básicos:
“El voluntariado, uno de los ríos subterráneos que atraviesa la Red y que significa que el accionar se hace por convicción y decisión propia.
El consenso, puesto que las decisiones se toman en colectivo y por consenso no hay una mayoría que decide sobre minoría; nos consultamos y estamos de acuerdo con todo; esto permite que haya búsquedas comunes y repercute en el sentido de comunidad.
Y la tradición campesina, la cultura campesina y el conocimiento propio, pues estamos abiertos a todos los saberes del mundo, pero sin subestimar el conocimiento propio, sin dejar de lado la sabiduría que nuestros propios padres y abuelos nos han inculcado desde siempre; podemos yaparlo, sin soslayar aquellos conocimientos que nos ha hecho posibles como pueblos, como comunidades”.
Nos cuenta que las Bibliotecas comenzaron en la comunidad cajamarquina de Huayrasitana, muy lentamente, y que año a año se fue probando, captando posibilidades desde la propia población; comienza como una propuesta que fue germinando como una plantita en una chacra y atendida por los propios comuneros, fue abonándose, amacollando, yapándose, hasta lograr tener una determinada forma, pero que sigue variando según las demandas y los procesos de la propia comunidad.
Nos dice de sus dos más grandes aprendizajes: la capacitación, principalmente como autoformación, y el proceso de creación de la Enciclopedia Campesina: “Los libros que anidan en la Red con contenido de las propias comunidades, tienen un lugar privilegiado, porque lo que sabemos vale, es bello y es de aquí, y es un medio estratégico fabuloso, porque cuando un niño campesino llega a la escuela y se encuentra con libros escritos en su propia forma de hablar, le pierde el miedo y le agarra cariño y le será más fácil leer entonces cualquier otro libro.
Deberíamos insistir en este encuentro con el libro con la lectura, como un encuentro profundamente humano, con la naturaleza, con la sociedad, con las comunidades”.

1971-2021: Homenaje a nuestra Red —12

A lo largo de este año, hemos hecho un homenaje continuo a nuestra Red en su 50 aniversario. La Red es y seguirá siendo ayllu, chacra, memoria y futuro.
La Red es símbolo y trabajo constante en la afirmación de nuestra cultura andina: portadora de las tradiciones campesinas, la práctica de la agricultura y la sintonización con la tierra. Por ello, enaltecemos y mantenemos los vínculos comunitarios que están fundamentados en la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad a través de la lectura crítica, la autocapacitación y los aprendizajes compartidos como gran familia. Estas acciones son el principal alimento y la principal vacuna para inmunizarnos contra el virus del consumismo, la aceleración, el maltrato a la tierra y a los seres que en ella habitan.
¡Larga vida a la Red de Bibliotecas Rurales, cuyo eje y motor son nuestras familias campesinas de Cajamarca!

Homenaje al ánimo y al impulso —12

En este mes 12 del año 2021, año de nuestro 50 aniversario, queremos ofrecer un homenaje al Equipo Central de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. El trabajo constante y abnegado que realizan es fruto del compromiso y el cariño a esta gran familia de la Red.
Gracias infinitas a Rita Mocker y Alfredo Mires, quienes animan, asesoran, trabajan y guían; a Lola Paredes, Mara Mires, Karina Chacón, Zelma Gálvez, Rumi Mires y Nathalia Quintero, quienes ofrecen su cariño y su trabajo.
Gratitud también con muchas personas voluntarias, locales y desde otros lugares del mundo, quienes acompañan y siguen con el corazón los andares de nuestra Red.

Cátedra Lectura, escritura y bibliotecas

El pasado 26 de noviembre de 2021, nuestro compañero Alfredo Mires participó en la Cátedra abierta ‘Interculturalidad y mediación de lectura: las experiencias de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca y la Red Peruana de Mediadoras y Mediadores de Lectura’.
Alfredo refirió importantes puntos relacionados con la concepción, el origen y las acciones que llevamos a cabo en la Red. Recordó que las acciones de la Red de Bibliotecas obedecen al Ñutqo o médula, un conjunto de principios que conduce el accionar como el voluntariado, el consenso, la comunidad y la cultura campesina entre otras.
La Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca nació como una propuesta que se fue germinando, dado el deseo de las poblaciones campesinas por anoticiarse y leer: saber más, comprender mejor lo que pasaba.
El contenido de nuestros libros está hecho o escrito desde adentro: sus líneas están basadas en la sabiduría de nuestros pueblos.

Biblioteca itinerante

Nos escribe José Julio Estela, desde el distrito de Magdalena, quien es profesor y amigo de la Red. Él va por diferentes colegios llevando libros como biblioteca itinerante; esta vez fue a San Cristóbal, entre Cumbico y El Cumbe, donde participaron unos 40 alumnos de un círculo de lectura, y nos cuenta:
“Ellos escogían sus lecturas y podían leer otro libro si terminaban o no les gustaba.
Luego se los entrevistó rápidamente y hubo un compartir con miel de caña y harina, cancha y o quesillo que ellos llevaron. Se contó con el apoyo del director y profesores, muy entusiastas, les gustaron mucho los libros de cuentos de Bibliotecas Rurales y me pidieron que les deje algunos permanentemente. Estoy coordinando con otros colegios; parece que el otro año tendré bastante trabajo”.
Gracias, José Julio, por contribuir a este proceso, por tu trabajo y ayuda, por compartir y estar difundiendo la lectura; muy emocionados estamos por tu labor y agradecemos a los estudiantes que comparten los libros. Esto nos anima y nos impulsa a seguir en este camino, para seguir transmitiendo los saberes que nos brinda la lectura.

Gratitud y dedicatoria

Soy colombiana, nací en un pequeño pueblo del suroriente de Antioquia, Colombia, se llama La Unión; vivo en Medellín, soy profesora de la Universidad de Antioquia en la Escuela Interamericana de Bibliotecología rodeada de estudiantes que desean trabajar entre documentos, información, lectura, memoria, libros, bibliotecas y archivos.
Entre viajes, tramos y vuelos desde 2017 a 2021, encontré un pedazo de la cordillera de los Andes que me dio nuevos sentidos y motivos para estudiar y trabajar.
Llegué a la sede central de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, en la casa comunal estaban todos esperándome: Rita, Alfredo, Lola, Karina, Rosita, Rumi y Mara, también los gatos Palomo y Salem; las flores, las letras escritas por toda la casa, los perros Anuma y Asynja, un gran mapa de Cajamarca donde estaba señalado con puntos las muchas bibliotecas rurales que se extendían por toda la geografía (las provincias) de Cajamarca y la casa, aquella casa comunal que está en todos los rincones de mi mente y mi corazón, ahí empecé a sentir que los lugares son la primera geografía del alma y del cuerpo; las casas son puro ánimo y furor cuando de amor son habitadas.
Ser voluntaria en la Red, estar y permanecer en Cajamarca, compartir con las familias bibliotecarias de la Red; sentir, ver, oler, palpar y ver los Apus; observar desde el avión los Andes y la tierra roja-ocre-café-verde de Cajamarca; en general sentir la presión atmosférica de la geografía cajamarquina hizo que aquella Nathalia que llegó a inicios de 2017 nunca más volviera; regresé a Colombia siendo otra. Y, en cada trayecto y cada trayectoria se acentuaban mis sentires, emociones y mis otros ojos. Otra manera ver, otra manera de ser y sentir fue (y seguirá siendo) el aprendizaje más profundo de mi vida.
La tesis doctoral titulada: ‘Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca’ está dedicada a ustedes, familia entrañable de la Red:
En el mundo andino illa es amuleto, guía, resplandor o iluminación. Gracias a la illa Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca (RBRC), a ellos y ellas que integran el pueblo de los cóndores, el Abya Yala, el mundo andino. Son faro, lanza y verdad.
Nathalia Quintero C.
Voluntaria

Nos llega al corazón

Agradecemos el saludo que nos ha hecho llegar las Sra. Carmita Calva por la entrega de algunas de nuestras últimas publicaciones.
Compartimos con ustedes sus palabras de reconocimiento y gratitud:
«Leyendo ahuyentamos las oscuranas. Las narraciones milenarias mantienen una frescura y una vigencia que no es pasado traído al presente, sino futuro lleno de ayeres.
Infinitas gracias a la Red de Bibliotecas Rurales, por su genuina entrega para cultivar y compartir sabiduría. Cada una de sus creaciones rescatan el corazón de las comunidades».

Miembro de Honor

El prestigioso Centro de Investigaciones Precolombinas de Argentina (CIP) es una organismo sin fines de lucro que fue creado con la finalidad de promover y proteger el patrimonio cultural.
Por su larga trayectoria en la investigación cultural, nuestro Coordinador General, Alfredo Mires Ortiz, recibió a inicios de noviembre ‒en el marco del XVI Coloquio Binacional Argentino Peruano‒ la membresía de honor del CIP.
Estamos muy agradecidos por este reconocimiento inesperado y, desde la Red de Bibliotecas Rurales, queremos felicitar a Alfredo por este mérito.