mayo 16, 2024

Alfredo en el Qayaqpuma

Cuando escuchamos el nombre de este Apu esplendoroso, nos viene a la mente la imagen de Alfredo Mires: tomando fotos, haciendo calcos, contemplando las arañitas, las plantitas que allí habitan. Todo a pulso, con su libreta de campo, su lápiz y su cámara fotográfica. Escasos recursos para tan grandes propósitos. Y es que él era así: austero y solidario.
Hace 23 años, en el 2001, se publicó, desde la Red de Bibliotecas Rurales, el Tomo I de la colección Qayaqpuma (así, bien escrito), aclarando que esta publicación de logró después de varias décadas de dedicado estudio de Alfredo y en un esfuerzo orgánico y comunitario de afirmación cultural, como se señala en las solapas de cada uno de los cuatro tomos que conforman esta colección.
Fruto de este arduo trabajo, contamos hoy con estas publicaciones que registran miles de imágenes que son utilizadas por artesanos, tejedoras, pintores, entre otros artistas de muchos lugares. Muchos de ellos, reconocen y agradecen el legado de Alfredo.
“Hoy anduve por el sector de los andenes y tuve que desviarme mil y una veces de los senderos: las arañas tenían sus telas tejidas por todos lados”. Resaltamos este texto de Alfredo, publicado en el tomo III de la misma colección, para mostrar de manera sencilla el profundo respeto con que él recorría el Apu sagrado. Y no solo cuidaba lo que encontraba a su paso, sino que, incluso antes de empezar sus andares, pedía permiso haciendo su paguito para adentrarse tranquilo en la montaña. Y, al retirarse, le daba gracias por haberle permitido sus hallazgos.
Ahora que el Apu Qayaqpuma está en noticieros internacionales y ha despertado tanta curiosidad, esperamos, al menos, se tenga en cuenta el legado de Alfredo Mires y la manera como él defendió y protegió esta montaña sagrada de la que, los más antiguos de nuestros antepasados, fueron los auténticos dueños.

El pueblo del abuelo

Hace pocos días terminé de leer el libro: “El Pueblo del Abuelo”, uno de los tantos sentidos libros que viven en nuestra Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. No dejé de animarme al hojear las páginas de este excelente libro de la memoria. 
En las asambleas hablamos de los decires de los compañeros campesinos y la importancia de nuestros libros, pero esto solo cobra impulso al ejercer el derecho a la lectura.
En este libro podemos encontrar testimonios de toda laya, que dan fe de la vida y el ánimo que yace en nuestros apus. Alfredo me comentaba alguna vez que hay que aprender a “recordarnos”, y creo que, si hay alguna forma de hacerlo, es leyendo las páginas de este importante libro que nos muestra cómo entender nuestras hechuras desde las geografías de estos apus, repartidos por toda nuestra tierra cajamarquina.
Si evocamos algún recuerdo de nuestros abuelos, siento que lo primero que vendría a la mente sería algún momento cálido y con calma acogedora, pero antes de ese espacio siempre había una invitación con voz cariñosa y alegre de nuestros viejitos.
Finalmente, los invito, con todo el corazón, a darle una hojeadita a este y a todos los libros que habitan en la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca porque tengan la seguridad que ahí estarán nuestros abuelos esperándonos con ese cariño eterno.
Mauricio Pérez

Sonrisas

A veces, desde el Programa Comunitario queremos regalar un gesto, un cariño, una pequeñez a los niños con capacidades proyectables que acompañamos en las comunidades campesinas. Aliviar algo, contribuir con un granito de arena a la tan dura vida de estos muchachos y sus familias.
Por eso, en el año 2023, hicimos un esfuerzo para diseñar y mandar a confeccionar un polo para cada uno de los niños del programa. Lo hicimos con mucha dedicación y creemos que los politos nos salieron bonitos. Y nuestros coordinadores se emocionaron cuando pudieron llevar los paquetitos a sus comunidades e ir a repartir este pequeño regalo.
Pero el regalo más grande lo recibimos nosotros: la sonrisa de los niños en el campo cuando, por primera vez, se pusieron su nueva prenda.

Tu propio entender

Leer un libro es un privilegio. Es entrenar tu imaginación a través de la lectura, gozar de tu propia imagen creadora, es interpretar el texto y el contexto. Es un ejercicio complejo, pero también muy completo. Y, a la vez, es divertido, pues es nuestro propio entender.
Ahora, con la tecnología, es una pesadilla que nos tiene esclavos de conceptos e imágenes de otros, que van a toda velocidad. No siempre sabemos cuál es la intención de un Tik-Tok, un meme o un reel, puesto que cada uno la acoge de acuerdo a sus intereses. Recibimos pasivamente lo que otros nos van enviando. Y nos vamos llenando de cosas superfluas que no ayudan a fortalecernos como personas críticas, creativas, imaginativas y reflexivas. Muchas veces, por dedicarnos a estos medios, dejamos de leer.
En mi institución, gracias al espíritu generoso de nuestro amigo, maestro y líder Alfredo Mires Ortiz tenemos libros y estamos cultivando el amor por la lectura. Inculcamos, en las nuevas generaciones, el hábito de la lectura y tratamos de fortalecer ese goce de la imaginación propia y creativa. Trabajamos con el único afán de que los lectores seamos seres libres gracias al conocimiento; que sepamos defender, promover y rescatar lo que nuestros abuelos nos dejaron como herencia: las costumbres y tradiciones de nuestra tierra, el lenguaje, la sabiduría para cuidar y defender la naturaleza.
Por eso y mucho más, damos infinitas gracias hasta el cielo a Alfredo y a todas las personas que nos siguen prodigando de este beneficio de nuestra Biblioteca Rural en Institución Educativa (BRIE) donde fomentamos la lectura por toda nuestra familia educativa.
Manuela Vásquez Gonzáles
Profesora y bibliotecaria, IE 82663 – Bambamarca

mayo 02, 2024

Cuídate siempre

Cuídate siempre y sueña contigo
porque los sueños son dentro.
Y yo siempre soñé
y nosotros siempre soñamos
sueños.

Beso tus manos.
Siempre.
Esto.
Alfredo Mires
en: Como acostarse indeciso y despertar a arriesgarse

Somos aún: cuarta parte

Que explica por qué las reproducciones del Ñaupa de Alfredo Mires no son meras representaciones “bonitas”, sino una apuesta por un mundo más justo.

Y estas recreaciones no quieren limitarse a la representación de emociones o actitudes, sino también a mimetizarse con personajes históricos cuya presencia no puede postergarse en la historia del continente o del mundo.
Y en medio de todo, junto a la fiereza del puma o del jaguar, es imposible no ver la extraordinaria ternura del Ñaupa y el sentido de su presencia, su contagiante alegría comunitaria y el generoso ánimo con el que aún permanece.
Sirva este punto para decir nuestra gratitud a quienes han acompañado estos empeños.

Alfredo Mires
en: El Ñaupa

Seguimos compartiendo

Desde el Programa Comunitario de la Red de Bibliotecas Rurales seguimos compartiendo nuestros conocimientos y experiencias en lo que refiere a terapia, rehabilitación e inclusión.
Por eso, a mediados de abril, nuestra coordinadora Silvia Pajares organizó un taller de capacitación con la responsable del Programa Comunitario, Rita Mocker, para el personal del Centro de Educación Básica Especial en San Marcos. Durante unas horas enseñamos lo que sabemos sobre educación popular, fisiología y conceptos de rehabilitación.
Siempre son momentos gratos de aprendizaje e intercambio, y no solo compartimos saberes, sino también fortalecemos los vínculos con otras entidades que trabajan, como nosotros, para el bien de las personas con discapacidad en el campo.
Gracias, San Marcos.

Narrativa para asombro y gozo

Cuando leí “El hombre que curaba”, obra de Alfredo Mires Ortiz, me dejó con una sonrisa en los labios; puesto que, en los textos que componen la obra, hay rasgos humorísticos que, de todas maneras, hacen brotar la risa.
Por ejemplo, en Pitágoras, relata lo que le pasó a Pitágoras: el carnero matemático, atracción principal de un circo que llegó al pueblo de Burundanga, carnero que dizque sabía mucho…
Y, también me divertí mucho con el texto Culinarias, relato que se centra en un riquísimo potaje que el protagonista consume un día domingo y que le trae serios problemas con una hermosa joven, “Flor de María Pantigoso, la bella, la inalcanzable, la inaccesible, la codiciada por príncipes y mendigos…” 
O El hombre que curaba donde Mateo Qoripuma que había sido obligado a salir de su tierra natal, Perú, a Alemania, porque…
Te invito a leer el libro completo. Gozarás de cada línea y abrirás tu mente al asombro, el regocijo y a tu propia creatividad, que te llevará a rincones y experiencias desconocidas.
Elizabeth Olano