Quienes
ya hemos pasado por esa celebración sabemos que cumplir 50 significa cumplir
bastante. Por ello, muchas veces solemos mirar el pasado con nostalgia; al
repasarlo a veces, incluso, nos entran las ganas de volver el camino hasta el
punto donde sentimos que algo falló y cambiar entonces nuestra historia.
Felizmente, este no es el caso de nuestra Red. Y
es que Bibliotecas Rurales no retrocede cuando necesita cambiar algo o mejorarlo:
solo se anima y reanima, se regenera y reconstruye con su propia historia. En
la Red revisamos “todo lo que fuimos para saber quiénes queremos seguir
siendo”, como dice Alfredo.
Son
50 años de un caminar incansable por tantos y tantos lugares, de conocer
personas y hacerlas familia. De llevar libros y esperanza, de leer y compartir
la sabiduría que se recoge de un pueblo para llevarla a otros pueblos.
50
años en que se sigue construyendo, animando procesos; a veces revisando lo que
se hizo, inventado y reinventado, adaptándose a los cambios, a los recursos, a
las necesidades que van surgiendo.
Y
nunca retrocediendo; si acaso, quizá descansando un tantito para respirar,
tomar un nuevo impulso y arrancar otra vez la caminata.
La
Red cumple 50, con cuarentena, con pandemia, pero también con fuerza y con
muchas ilusiones.
Acá
seguimos, aquí estamos.