Hace algunas semanas, en coordinación con el Centro Cultural Yachayhuasi –de la provincia de Cajabamba–, el Grupo de Estudio de la Prehistoria Andina de nuestra Red, llevó a cabo una marcha de exploración al antiquísimo centro ceremonial de Pukarita.
El lugar, bastante bien conservado por las dificultades que implica el acceso, es uno de los principales bastiones con arte rupestre de Cajamarca, a más que guarda especies de flora y fauna que se hallan en franco riesgo de desaparecer.
Gracias a esta gesta conjunta, nos aprestamos a editar los registros logrados en esa marcha, en el afán de contribuir a la preservación de la memoria heredada.
noviembre 30, 2010
Exploración en Pukarita
Concierto solidario
Aquí una fotos del concierto solidario que se llevó a cabo en Londres, en este octubre pasado, en nombre de nuestra Red y a la memoria de Sara Heery.
A través de Helen Heery hacemos llegar una vez más nuestro reconocimiento a su familia, a los músicos e intérpretes que participaron, al equipo que se lució en la organización y a todas las personas que de diversos modos pusieron el hombro para que este evento fuera posible.
Este gesto fraterno y mancomunado repercute en nuestro ánimo, en la marcha de nuestra institución y en la propia vida de nuestras comunidades.
noviembre 17, 2010
Muchos pocos hacen un mucho
Dos veces cada año, un grupo de señoras de la Iglesia Católica del pueblito de Altensteig, en la Selva Negra de Alemania, cocinan para la venta.
Es una venta especial, porque los ingresos de esta labor voluntaria están destinados únicamente para apoyar a iniciativas y proyectos en el mal llamado “tercer mundo”.
Hay un ambiente muy amable y divertido ahí porque las señoras cocinan y trabajan con ánimo. Cada una prepara la noche anterior al evento una sopa o un sopón y un postre en su casa y lo trae el mismo día para ser vendido. Igualmente arreglan y decoran con anticipación las mesas y alistan la cocina donde se calienta la comida.
Después de la misa, todos están invitados a la mesa. Dando un aporte general, uno puede llenar su plato tantas veces como quiera. Parece, realmente, una mesa cristiana y solidaria.
A mediados de octubre uno de los domingos estuvo destinado a este evento. Y esta vez –como en otras ocasiones en el pasado– fueron los Juanitos del Programa Comunitario los beneficiados con el ingreso del trabajo de las señoras. Con anticipación nos habían preguntado qué aporte nos está haciendo falta y decidimos juntos conseguir un lote importante de medicamentos homeopáticos para mejorar la salud de los niños del Programa. Toda esta ayuda es organizada a través de “La honda de David”.
Agradecemos mucho la labor solidaria de este grupo de señoras… ¡y sepan que aquí también siempre les esperará una mesa servida y el reconocimiento de quienes caminan juntos.
“¡Viento maldiciao!”
Una señora venía, pasaba por el camino y qué pue el viejo estaba sque echao así en una quebradita.
Entonces la señora sque pensaba "Algún señor se ha quedado muerto, él se ha quedado durmiendo allí”, y lo llamó pue:
– Oiga, señor –sque le dijo–, ¡levántese, levántese!
Se levantó sque pue y poquito se vino el viento, le quitó el sombrero a la señora y entonces sque dijo:
– ¡Qué pue este viento maldiciao me quita mi sombrero!
Y peor sque se hizo, que se fue el viejo así y le quitó sque su ropa, lo desnudó a la señora, lo llevó su ropa lejos, pobrecita.
Con el viento viene el shapingo.
Cuando lo maldecimos peor es el viento: quiebra montes, levanta las casas, cuando se mete a una casa lo levanta el techo.
A mi abuelita el viento lo desnudó en los Baños del Inca, lo trajo su ropa y lo halló sque aquí en su casa.
El viento es enemigo, pue.
Por eso cuando venía el viento y lo llevaba la gavilla de alverja, mi abuelita decía que no dijéramos "¡Este viento maldiciao!", porque más fuerte pue se hacía.
"¡No le maldicien al viento"', decía, porque peor se hace.
Justa y Cirilo Portilla, de Ñamas
noviembre 09, 2010
Otro Animando a leer
En los caminos hacia alguna de las comunidades en las que nos encontramos, así como en las propias Bibliotecas Rurales en las casas de los comuneros bibliotecarios, se pueden hallar afiches animando a la lectura. Aquí compartimos uno de ellos, en cuyo texto el poeta César Vallejo dice:
¡Entrelazándose hablarán los mudos,
los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá!
¡La hormiga traerá pedacitos de pan
al elefante encadenado
a su brutal delicadeza;
volverán los niños abortados
a nacer perfectos, espaciales
y trabajarán todos los hombres,
engendrarán todos los hombres,
comprenderán todos los hombres!
¡¡No te quedes en esta página!! Sigue leyendo en tu biblioteca…
La Honda de David
“La Honda de David” (el medio que utilizó el pequeño para derribar al grandote) con sede en Altensteig, Alemania, fue fundada por un grupo de amigos solidarios que apoya nuestra labor con los niños “discapacitados” en el campo de Cajamarca.
Y estos amigos son muy activos. Preparan galletas y panes de fruta seca para vender en Navidad; animan a niños escolares a juntar los juguetes que quisieran compartir con los niños en Cajamarca; coleccionan lentes para los Juanitos aquí; dan charlas a grupos de ancianos o de las iglesias sobre nuestro trabajo en el Perú y –sobre todo– siempre están cuando se les necesita.
Muchas sillas de ruedas para niños de nuestro Programa Comunitario, muchos animales menores para la crianza, infinidad de materiales de terapia y medicamentos homeopáticos han podido ser adquiridos gracias a las cuotas anuales de los socios de la Honda de David o “David´s Schleuder”, como se llama en alemán.
A mediados de octubre se encontraron algunos socios en Altensteig para su reunión anual. Mostraron mucho interés en los trabajos realizados en el transcurso del año y los proyectos a futuro, revisaron las cuentas y agradecieron la labor solidaria de la presidenta y la tesorera.
Nosotros, desde Cajamarca, nos sumamos a este agradecimiento.
La amistad es como las estrellas.
No podemos verlas siempre,
pero sin embargo sabemos que están ahí.
Regresar a Santa Ana
Santa Ana es especial.
Es cálido, muy verde, con muchas, muchísimas plantas, un río impresionante, uvas, papayas, plátanos, paltas por todos lados y ese aire tibio en las noches que anima los recuerdos y las conversas.
Regresar a Santa Ana me trae mucha nostalgia y entereza.
Es el lugar a donde fui la primera vez junto con Alfredo y con nuestros Rumi y Mara a visitar una niña del Programa Comunitario. Es ahí donde Alfredo se encontró con esos ojos que inspiraron el libro. Y es donde la abuelita de Gabi nos habló del ángel que Dios le mandó a su casa para cuidarlo.
Pero Santa Ana también es el lugar donde la comunidad espera nuestra llegada cada año para reunirse en el día y la noche para hablar sobre su salud. Es ahí donde conversamos sobre las posibilidades de curarnos, de vivir más sanos, de crecer juntos. Reunidos aprendemos los unos de los otros.
Muchos de mis conocimientos de medicina natural vienen de estas conversas… y luego las llevo en mi corazón y mi mente a otros lugares. Aprendí de los mismos comuneros, de don Marciano Amaya –nuestro coordinador de la zona– y de Alfredo. Y sé que este grupo de familias que se formó en Santa Ana a raíz de estas reuniones también está creciendo.
Gracias Alfredo y Marciano por enseñarnos.
Y gracias, Gabicita, por inspirar este aprendizaje.
Rita Mocker
La serpiente antigua
“Esa serpiente se forma de la nube y se cree que es la culebra que engañó a nuestros primeros padres, que el diablo está en el dentro y por eso hace muchos perjuicios.
Aparece en épocas de lluvia, entre diciembre y marzo, y se forma de la manera siguiente: cuando está lloviendo y en la mañana hace fuerte sol, la nube se vuelve oscura y empieza un sonido sordo con un fuerte viento. Y de la parte más oscura de la nube se forma la serpiente, tan grande como una viga, la cabeza como una olla, y empieza a arrastrarse en la nube en dirección a donde sopla el viento. Cuando descuelga la cola se forman remolinos de viento que destruye todo por donde pasa, levantando techos de casas, animales, pelando árboles y arrasando los sembrados…”
Así cuenta don Pascual Sánchez Montoya, de la comunidad de Chuco, en la provincia de San Marcos.
Si usted gusta leer la historia completa y los nueve cuentos más que le acompañan, el fascículo 18 de nuestra Biblioteca Campesina ya está en prensa y asomará bastante pronto.
noviembre 03, 2010
El juicio
Cada 2 de noviembre celebramos el Ayamarkayquilla, el día de los difuntos. Transcribimos este relato de nuestra tradición oral cajamarquina:
Cuenta don Alfredo Padilla que una vez lo visitó un señor de Pomarongo, con su hijo y su nieto, a venderle ollas. Llegó como a las 3 de la tarde. Llegó enfermo, se había resfriado y le había dado el sol. Como don Alfredo era curioso y hierbero y curaba en su comunidad, y como el señor forastero era anciano, le dio posada y lo curó.
Cuando después de 3 días el forastero se puso mejor, le preguntó:
- ¿Cuánto me cobra por haberme curado la enfermedad?
Don Alfredo tuvo mucha voluntad y no le cobró nada, porque además era anciano. Entonces el forastero le dijo:
- Gracias por la gracia de su medicina. Dios le bendiga.
- Por la gracia le voy a contar mi realidad. Yo he muerto. Después hey ido a nuestra casa donde nos piden cuentas. El juez los llama en lista a todos para dar su declaración. Buscaron en la lista pero no se encontraban mis apellidos, sólo mi nombre. Entonces me dejaron para el último. Yo vi como llegaban a la casa los pobres y los ricos. Dentro de la casa formaban cola para irse a la mesa donde está el Juez. Vi cómo los ricos salían por la portada ancha y se iban al fuego eterno. Y los pobres salían a la gloria por la puerta angosta, atrás de la casa, a comer su fiambre. Cuando el Juez terminó de llamar toda la lista, me llamó:
- Señor Agustín Rojas: vuélvete a tu tierra, todavía no eres llamado. Y contarás a tus vecinos durante un año lo que te ha sucedido.
Concierto en Londres
Un concierto solidario, con interpretaciones excepcionales, se realizó en Londres en solidaridad con nuestra Red.
Nuestra amiga Helen Heery, cabeza del equipo que organizó cuidadosamente todos los detalles del concierto, nos refiere que entre el público estaban también algunos peruanos.
Helen presentó una exposición sobre las Bibliotecas Rurales para enmarcar la realización del concierto. En la medida que ella ha estado aquí, visitando directamente nuestras comunidades, podía dar testimonio de estos andares.
El equipo que acompaña esta gesta solidaria viene preparando un vídeo en el que podremos ver lo sucedido.
Este concierto fue la vez un homenaje a la memoria de Sara Heery, cuyo espíritu nos acompaña.
Nosotros expresamos nuestro reconocimiento y gratitud por este ánimo, esta fiesta y esta juntura.