noviembre 17, 2010

Muchos pocos hacen un mucho

Dos veces cada año, un grupo de señoras de la Iglesia Católica del pueblito de Altensteig, en la Selva Negra de Alemania, cocinan para la venta.
Es una venta especial, porque los ingresos de esta labor voluntaria están destinados únicamente para apoyar a iniciativas y proyectos en el mal llamado “tercer mundo”.
Hay un ambiente muy amable y divertido ahí porque las señoras cocinan y trabajan con ánimo. Cada una prepara la noche anterior al evento una sopa o un sopón y un postre en su casa y lo trae el mismo día para ser vendido. Igualmente arreglan y decoran con anticipación las mesas y alistan la cocina donde se calienta la comida.
Después de la misa, todos están invitados a la mesa. Dando un aporte general, uno puede llenar su plato tantas veces como quiera. Parece, realmente, una mesa cristiana y solidaria.
A mediados de octubre uno de los domingos estuvo destinado a este evento. Y esta vez –como en otras ocasiones en el pasado– fueron los Juanitos del Programa Comunitario los beneficiados con el ingreso del trabajo de las señoras. Con anticipación nos habían preguntado qué aporte nos está haciendo falta y decidimos juntos conseguir un lote importante de medicamentos homeopáticos para mejorar la salud de los niños del Programa. Toda esta ayuda es organizada a través de “La honda de David”.
Agradecemos mucho la labor solidaria de este grupo de señoras… ¡y sepan que aquí también siempre les esperará una mesa servida y el reconocimiento de quienes caminan juntos.

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