Soy
colombiana, nací en un pequeño pueblo del suroriente de Antioquia, Colombia, se
llama La Unión; vivo en Medellín, soy profesora de la Universidad de Antioquia
en la Escuela Interamericana de Bibliotecología rodeada de estudiantes que
desean trabajar entre documentos, información, lectura, memoria, libros,
bibliotecas y archivos.
Entre
viajes, tramos y vuelos desde 2017 a 2021, encontré un pedazo de la cordillera
de los Andes que me dio nuevos sentidos y motivos para estudiar y trabajar.
Llegué
a la sede central de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, en la casa
comunal estaban todos esperándome: Rita, Alfredo, Lola, Karina, Rosita, Rumi y
Mara, también los gatos Palomo y Salem; las flores, las letras escritas por
toda la casa, los perros Anuma y Asynja, un gran mapa de Cajamarca donde estaba
señalado con puntos las muchas bibliotecas rurales que se extendían por toda la
geografía (las provincias) de Cajamarca y la casa, aquella casa comunal que
está en todos los rincones de mi mente y mi corazón, ahí empecé a sentir que
los lugares son la primera geografía del alma y del cuerpo; las casas son puro
ánimo y furor cuando de amor son habitadas.
Ser
voluntaria en la Red, estar y permanecer en Cajamarca, compartir con las
familias bibliotecarias de la Red; sentir, ver, oler, palpar y ver los Apus;
observar desde el avión los Andes y la tierra roja-ocre-café-verde de
Cajamarca; en general sentir la presión atmosférica de la geografía
cajamarquina hizo que aquella Nathalia que llegó a inicios de 2017 nunca más
volviera; regresé a Colombia siendo otra. Y, en cada trayecto y cada
trayectoria se acentuaban mis sentires, emociones y mis otros ojos. Otra manera
ver, otra manera de ser y sentir fue (y seguirá siendo) el aprendizaje más
profundo de mi vida.
La
tesis doctoral titulada: ‘Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca’ está
dedicada a ustedes, familia entrañable de la Red:
En
el mundo andino illa es amuleto, guía, resplandor o iluminación. Gracias a la illa
Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca (RBRC), a ellos y ellas que integran el
pueblo de los cóndores, el Abya Yala, el mundo andino. Son faro, lanza y
verdad.
Nathalia
Quintero C.
Voluntaria
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