Cada año, a partir de abril o mayo –cuando termina la temporada de lluvias en Cajamarca–, empiezan las jornadas de trabajo en el campo del Programa Comunitario.
Muchos niños “discapacitados” y sus familiares nos esperan en sus caseríos o sus casas. Actualmente son más de 110 Juanitos –como les llamamos con mucho cariño– que ya saben que vamos a llegar.
Los niños esperan una caricia, una palabra alentadora, unos momentos para jugar juntos, unas horas compartidas. Los padres esperan un consejo para mejorar el acompañamiento de sus hijos, capacitaciones, ideas e inspiraciones nuevas para la rehabilitación de los muchachos que requieren de atención y cariño especial.
Desde la Oficina Central preparamos con mucho empeño estas visitas. Llevamos materiales de terapia, juegos y juguetes, ensayamos talleres de capacitación y revisamos los nuevos avances en medicina tradicional y natural. Mucho amor, algunos medicamentos homeopáticos y bastante ánimo completan nuestro equipaje.
Los caminos no siempre son fáciles. A veces nos tocan inconcebibles baches, a veces lluvias y barro. Nos esperan largas reuniones, intensas consultas y muchas horas viajando o manejando.
Pero nos esperan también sonrisas, abrazos, las comidas compartidas alrededor del fogón y, sobre todo, corazones abiertos.
Cada vez regresamos cansados, pero contentos por haber podido contribuir con algún gesto para que un Juanito sea más feliz, más comunero.
En este mes de abril, con nuestros coordinadores Silvia Pajares y Francisco Vargas visitamos los Juanitos de San Marcos y Chancay. Nos acompañó también la voluntaria española Elia Sevilla.
En mayo tuvimos importantes encuentros con los grupos de niños y Padres de Familia de nuestro Programa Comunitario de Masintranca, Numbral, Huayrasitana, Chalamarca y Santa Clara en Chota. Juntos –y a través de dinámicas– enfatizamos el tema “Los derechos del niño” en varias reuniones. Estos grupos son acompañados por los coordinadores Donaida Guevara, Elvia Sánchez y Sergio Díaz.
Luego seguimos viaje a Sócota y San Luis de Lucma, en Cutervo, donde nuestros coordinadores Liliana Díaz, Igor Irigoín y Abel Vásquez también demuestran que la solidaridad y el afecto pueden cambiar el rostro del mundo.
junio 08, 2010
Del camino y la sonrisa
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Red Bibliotecas Rurales
a las
17:05
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