Dicen que el ser humano nunca muere.
Cayemos al polvo de la tierra y morimos, pero cuando caemos al polvo de la tierra allí nacen las plantas, y esas plantas pueden aprovecharlo los animales, otros seres humanos. Y tienen vida nuevamente.
Hasta que nuevamente esos seres humanos vuelta caigan al polvo de la tierra, polvo en una parte nuevamente crece.
Y así es que la vida no muere, dice que no muere.
Para mí eso sería lo de menos, pero si dice que sobre la tumba puede nacer alguna flor, hasta esa flor puede venir un pajarito, un ave, este otro cualesquiera.
Así han enseñado siempre nuestros mayores. Dicen que allí está nuevamente la vida. La vida sigue, y sigue viviendo muchisisímo. La vida continúa.
No, ya la vida no termina, la vida no termina.
Es cierto que nosotros, evolucionando con el tiempo como seres humanos, hemos hecho un sinnúmero de transformaciones y así hemos llegado al punto que a veces ya desconocemos.
Es como el amor: cuando hay estimación, no muere. Así como dice que el ser humano nunca muere, que permanece, así es como permanece el amor cuando es firme, cuando es tranquilo. Pero si no, también con el correr del tiempo desaparece.
Juan Chávez, de la comunidad de Jocos
No hay comentarios:
Publicar un comentario