Desde abril, Cajamarca empieza a florecer.
Es por eso que celebramos el 2 de mayo la Fiesta de las Cruces, donde los comuneros visten de flores frescas a una cruz para ponerla como ofrenda en algún lugar especial de la comunidad o los apus vecinos.
En este tiempo de florecer cada año se reúnen los coordinadores y maestros curanderos para preparar nuevas medicinas para los niños del Programa Comunitario. En las noches aprovechamos el tiempo para el rescate de la memoria sobre temas relacionados con la medicina andina.
Esta vez nos tocó indagar sobre los remedios cálidos, frescos y cortantes. La sabiduría de los nuestros y su soltura y naturalidad para compartir estos secretos nos sorprende cada vez. Y cada vez aprendemos mucho para poder aplicarlo luego en el trabajo directo con los niños más necesitados de las comunidades.
Así, a estos niños y sus familias les llega cariño, esfuerzo, amor y saber, dones y obsequios que perduran más allá de nuestra presencia física en las comunidades.
Gracias a todos los maestros y coordinadores por entregar sus conocimientos y su corazón y por hacer florecer nuestra propuesta.
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