Esta vez nos hemos reunido cuarenta miembros de la Red de Bibliotecas Rurales procedentes de las provincias de Cajabamba, Cajamarca, Celendín, Chota, Contumazá, Cutervo, Hualgayoc, San Marcos y San Pablo.
Algunos de nuestros compañeros coordinadores de la Red deben hacer un día de marcha a pie y luego otro día de marcha en bus, micro o lo que fuere para poder llegar. Y llegar cargados de libros para su canje, a más de su aportecito (con los productos de sus campos) para la olla común que todos juntos compartimos durante los días de reunión.
Esos viajes cuestan y, aunque apostamos por el auto sostenimiento, nuestras asambleas no serían posibles sin el apoyo solidario de quienes comparten estos sueños.
En esta reunión reciente de enero tuvimos que debatir si las asambleas de nuestra Red deberían llevarse a cabo sólo una vez al año y no dos como hasta ahora (en años anteriores, con mejores posibilidades económicas, se realizaban cada tres meses).
“Aunque sea venimos a pie, pero no podemos dejar de encontrarnos”, dijeron los comuneros. “Esta es una minga (trabajo colectivo voluntario) que no puede dejar de hacerse”; “Aquí nos encontramos para animarnos, para que no nos coja el desaliento, para alegrarnos y levantarnos”; “Aquí nos reconocemos, nos impulsamos”; “Estamos tristes si no nos encontramos. Aquí compartimos y nos refrescamos”; “Aquí nos afianzamos en nuestro sentido comunitario, en nuestra dignidad. Tenemos que seguir encontrándonos”.
Así que a pesar de los pesares, no hay posibilidad de detenerse y menos aún de retroceder.
Por lo contrario, la Asamblea decidió que se siguieran llevando a cabo las dos reuniones de Coordinadores más una Asamblea General de Bibliotecarios al año.
“Como no sabíamos que era imposible, lo hicimos”.
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