“En las familias campesinas siempre hemos hecho muy buenos trabajos; una casa se construye en un solo día. Nos juntamos todos los familiares y vecinos y en minga o minka hacemos todo.
Para los trabajos en la chacra lo mismo: el dueño alista su barril o payanca de chicha y se hace en un solo día.
Así siempre ha sido obligación de todos, por turno; nadie trabajaba por dinero, sólo se utilizaba el dinero para algunas ropas o algunos útiles de la casa, pero en poca cantidad. ¡Y se gozaba la mejor alegría! Porque todos tenían ayudándose unos a los otros.
De esta manera nadie nunca sufría por alguna necesidad, ni salían los jóvenes a otros sitios a buscar trabajo, porque los mismos padres y la comunidad apoyaba a dar trabajo y bienestar para todos. No había ninguna persona sin trabajo. Habían otras alegrías para todos: nuestros bailes, nuestras fiestas.
Para todos el trabajo comunal eran las mingas. ¡Y pobre de aquél que no sabía rezar o saludar a sus mayores!
Sin saber leer ni escribir sabíamos muchísimo trabajos lindos de diferentes maneras. Y sin depender de nadie: hasta nuestra propia ropa la hacíamos a pulso, con agujas de maderitas o de espinas de penca.
En cada trabajo logrado hacíamos nuestras fiestas de alegría. Todos vivíamos contentos.
Ahora todo está medio cambiando mucho. Parece que hay un montón de errores desde que entró la colonia a dominar nuestra patria peruana”.
Esa tradición antigua ha marcado siempre el camino de nuestra Red.
En minga fue que construimos nuestra casa, entre todos, que es también nuestra Oficina Central. Y en minga la seguimos manteniendo.
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