marzo 28, 2011

Amistad y solidaridad

Hace muchos años, siendo aún estudiante en Alemania, tuve la suerte de conocer amigos que son–realmente y hasta hoy– mi familia.


Margot es una de ellos. Nuestra amistad viene de esos tiempos en que protestábamos contra el armamentismo nuclear o llevábamos a cabo acciones de solidaridad con los pueblos de América Latina y Sudáfrica… No eran sólo protestas, sino la realización de acciones concretas en la convicción de contribuir a mejorar colectivamente el mundo.


Eso fue hace más de 20 años, pero la amistad, la convicción y la solidaridad perduran. Margot vive con su familia en Künzelsau y participa ahora de acciones relacionadas con el Comercio Justo. Esta propuesta trata de favorecer a los productores africanos, asiáticos y latinoamericanos de azúcar, café, chocolate, artesanías, etc., en lugar de beneficiar productos baratos fabricados en condiciones inhumanas.


Siendo cliente desde años en la tienda alternativa “Weltladen Künzelsau”, Margot ha referido a los participantes de esa propuesta sobre nuestro trabajo aquí con los niños con capacidades proyectables. Y fue así como “La honda de David” –asociación solidaria que respalda al Programa Comunitario–, el año pasado expresó su apoyo para nuestro quehacer.


Nosotros sabemos del enorme esfuerzo voluntario que implica la participación en acciones relacionadas con el comercio justo, por lo que queremos expresar nuestro reconocimiento a quienes participan y apoyan esta iniciativa. Y también a los compradores conscientes del deber solidario que tenemos como ciudadanos del mundo. Entre amigos y familias, Perú y Alemania, niños e iniciativas, se mostró una vez más que Un solo mundo sí es posible.Rita Mocker

Programa Comunitario

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