Hace algunas semanas visitamos el sector Poro Poro, en la provincia de San Marcos.
El camino es de cuesta y el sol quema, pero nos alegra saber que pronto nos encontraremos con nuestro compañero Fidencio Paredes, antiguo bibliotecario rural y coordinador en ese sector de nuestra Red.
A lo largo del camino encontramos muchas casas y tierras abandonadas y nos preguntamos por qué será que algunas familias se van dejando un ambiente limpio y saludable para ir a vivir a lugares donde se sienten en constante peligro, donde son explotados o donde sus derechos sólo figuran en papeles…
Avanzamos y, por momentos, la marcha se hace más pesada, el sol quema muy fuerte y nos damos cuenta que estamos en una carretera llena de hormigón que nos hiere hasta los ojos y nos impide ver bien; entonces buscamos el chaquiñán, un camino de herradura donde la caminata es más fresca y agradable.
Falta poco, vemos una laguna hermosa, preguntamos a los pobladores si podemos tomarle una fotografía y nos contestan que no, nos miran con desconfianza, como si tuvieran miedo de que causemos algún daño. “Es malera”, nos dicen, “mejor sigan su camino que ya les falta poco para llegar a don Fide”.
Karina y Lola, Oficina Central de la Red
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