Una persona crece cuando se impone
metas sin importarle comentarios negativos ni prejuicios, cuando da ejemplos
sin importarle burlas ni desdenes, cuando se es fuerte por carácter, sostenido
por formación, sensible por temperamento y humano por nacimiento.
Anónimo
Tres
veces al año, los coordinadores del Programa Comunitario –de la Red de
Bibliotecas Rurales– se reúnen en Cajamarca para la capacitación colectiva en
aspectos de terapia y rehabilitación.
Siempre
es un lapso muy denso, con mucha nueva información y muchas cosas que deben aprender
en poco tiempo. Siendo todos ellos campesinos de profesión, es comprensible que
quieren aprovechar al máximo este espacio de aprendizaje, ya que de regreso a
sus comunidades les toca aplicar en la práctica con sus Juanitos todo lo que aprendieron en estos días.
Como
Programa somos muy exigentes con nuestros coordinadores. Queremos que sepan
trabajar con cualquier niño –sea cual fuere su “discapacidad”– y requerimos que
hagan un trabajo con cariño y de calidad.
Para
eso hay que estudiar mucho y nuestro cronograma de capacitaciones es amplio.
Los coordinadores deben saber desde anatomía hasta las bases de la protección
infantil, y muchas de las técnicas de terapia que aprenden son amplias y
complicadas.
En
nuestra última reunión a mediados de julio aprendimos, por ejemplo, diferentes
maneras para evaluar a niños con alguna dificultad, dinámicas para trabajar con
los Grupos de Padres en las comunidades y cómo seguir documentando nuestro
trabajo, pero también sobre terapia de lenguaje y el sistema Braille (escritura
para ciegos).
Si
bien insistimos a nuestros coordinadores que estudien y que hagan un trabajo
eficaz con cada niño, lo que más nos importa es que hagan su trabajo con amor.
Es
bueno cuando comentan nuestros coordinadores que “con el Programa he aprendido a ser mejor persona”.
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