Soy
voluntaria en nuestra Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca y, por las
mañanas, trabajo como profesora de educación primaria.
Algunos
de mis niños, cuando cumplen años, llevan un pastel al aula. Entonces
convocamos juntos a un mago imaginario que les visita, adorna su mesa, les trae
otros pasteles de distintos sabores, velas mágicas y todo cuando nuestra
imaginación es capaz de hacernos ver.
Como
parte de estas “fiestas instantáneas”, los niños eligen cómo quieren arreglar
su mesa de cumpleaños. Algunos piden títeres, otros prefieren juguetes o
rompecabezas… y algunos piden libros.
Sí,
hay niños que prefieren arreglar su mesa de cumpleaños con libros y conforme
los vamos colocando cuentan qué leyeron en ellos.
Actitudes
como las de Alessandro y María Fernanda me dan muchas alegrías y nuevas
esperanzas.
Lola Paredes
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