Hace
sólo unos días, dos entrañables compañeros nuestros se mudaron hacia la vida
más larga, hacia el recuerdo más vivo.
Abelardo
Campos, comunero del caserío Numbral, en la Provincia de Chota, fue bibibliotecario
de nuestra Red durante casi veinticinco años. Su casa siempre fue un ejemplo de
acogida y servicio a la comunidad.
“Los
libros nos han ayudado a mejorar nuestras vidas”, solía decir Abelardo.
Jack
Heery, el papá grande la familia Heery, partió también en estos días.
Jack
alcanzó a publicar un libro que culminaba veinticinco años de trabajo: la traducción
de manuscritos originales en latín medieval –conservados en el archivo nacional
de Londres– de la corte del bosque de Wirral. Y, para la ocasión, mandó tallar
en madera de la época el emblema de Wirral que databa del siglo XIII, el mismo
que entregó al alcalde actual para ser colocado en el Ayuntamiento.
El
afecto que compartimos con estos hermanos nuestros no deja que se ausenten. Y
con ellos celebramos los naceres de ahora y de siempre.
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