A principios de setiembre, la
responsable y dos voluntarias del Programa Comunitario viajaron a Masintranca,
en la provincia de Chota, para visitar ahí los niños con capacidades
proyectables y sus familias de las comunidades de Huayrasitana y Numbral.
Ya en el camino se había cubierto el
cielo y, al llegar, todos nos recibieron con gran alegría. “Han traido la
lluvita”, dijeron los comuneros, contentos, y compartimos con ellos esta
satisfacción de los primeros aguaceros que tanto estaba clamando la tierra.
En las comunidades se habían reunido
los niños y los Grupos de Padres de nuestros coordinadores Donaida Guevara y
Sergio Díaz. Ambos integran hace mucho tiempo el Programa Comunitario y su
trabajo es realmente admirable.
Para esta visita nos habían pedido
repasar tres temas con los Grupos de Padres: nuestra propuesta de protección
infantil, cómo sensibilizar a alumnos y docentes para una mejor inclusión
escolar y cómo alimentarnos bien con los productos de nuestra propia chacra.
Mientras los padres, coordinadores y
la responsable hacían un repaso de estas temáticas, nuestras voluntarias Samay,
Erica, Carla y Mara jugaron con los chicos y les enseñaron a tejer pulseras.
Fue una experiencia extraordinaria.
También el trabajo con los padres
fue maravilloso, no sólo por el interés en seguir compartiendo y aprendiendo,
sino también porque –gracias a la labor permanente de Sergio y Dona que es como
la lluvia suave y constante– ya se puede sentir el crecimiento de las plantas
del saber en cada uno de los padres.
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