El
año 2003, Eduardo Galeano terminó de escribir su libro “Bocas del tiempo” y nos
pidió ilustrarlo con la antigua iconografía cajamarquina que nuestro compañero
Alfredo Mires viene recopilando y publicando. Y así salió ese bello libro que
fue luego traducido a varias lenguas.
Por
esos ires y venires de las palabras y las junturas, Mengye Han –la traductora
al chino– tomó contacto con Alfredo hace algunos años. Y ese extraordinario
bullir de historias y voces como solo Eduardo sabía decir, asomó el año pasado.
Mengye,
generosa, nos ha hecho hecho llegar el libro, que es como un homenaje a Eduardo,
como ella dice: “¡Quien será amado por
nosotros para siempre!”.
Gracias,
Mengye.
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