El
trayecto nos llevaría a la provincia de Chota, al norte de Cajamarca.
La
niebla a veces tenue, a veces densa; los diversos tonos de verdes mezclados con
piedras y barro; los sembrados hermanados; las gentes humildes y cordiales con
sus sombreros, quipe y botas; los colores vivos, tan vivos como sus moradores,
como la tierra, como los árboles, la lluvia, el viento, las plantas. Los
expresivos y sabios Apus, las montañas guardianas de la esperanza…
Temprano,
muy temprano, arribamos a Nuevo Horizonte, en el Centro poblado de Cutaxi. Luego
del caldo verde que nos ofreció don Silverio, el bibliotecario, emprendimos
camino de cuesta para llegar al Centro Comunal, al Congreso de Rondas
Campesinas de la provincia, al que habían invitado a Alfredo para exponer sobre
identidad y dignidad campesina.
Los
caminos siguieron, las mototaxis, las camionetas que nos recogieron y las gentes
que nos ayudaron a llegar a Masintranca: allí la presencia de la noble y serena
Dona, bibliotecaria y ama de casa; la hermosa y sonriente Nerly; el atento y
cordial Sergio. Este ayllu congrega la coordinación de varias bibliotecas de la
zona, la participación en el programa comunitario para el acompañamiento de
personas con capacidades proyectables, la biblioteca rural y la contribución a
las comunidades con medicinas naturales para sanar sus dolencias.
Por
la noche fue el momento del rescate de la viva oralidad en la comunidad de
Huayrasitana. A pesar de la lluvia empapante y los difíciles caminos, nos
encontramos con un nutrido grupo de comuneros, mujeres, hombres, niños y
jóvenes para conversar y oírlos sobre las diferencias y la relaciones entre
aporcar y cutipar, los diversos tipos de papa y las muchas que ya no se
cultivan; la reflexión sobre lo que pasa hoy, lo que muestran los medios de
información que arrancan a los campesinos de sus chacras, de sus tradiciones,
de su “contento”.
En
la mañana siguiente, con la guía de Sergio, emprendimos camino hacia Nuevo
Oriente. Allí nos encontramos con la esposa y la hija de Oscar Burga, la
familia que alberga la biblioteca en su casa. Para Lucila, el significado de la
presencia de la biblioteca en sus vidas, además de beneficiar a sus hijos con
los estudios, es que la gente llega a visitarle…
De
regreso, por las frías y a la vez cálidas tierras de Masintranca, emprendimos
el regreso a Cajamarca. Nuevamente los Apus se expresaron: la lluvia, el verde,
las plantas, la gente, las gentes de Cajamarca.
¡Infinitas
gracias!
Nathalia Quintero
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