Rafa
es un niño que vive en Celendín, apenas tiene seis años y está aprendiendo a
leer y escribir en la escuela, pero su aprendizaje no se limita a lo que su
maestro le enseña: Rafita gusta, sobre todo, de leer por su cuenta y desde la
voz de su madrina.
Doña
Consuelo, quien es bibliotecaria en Rosario Bajo, lee con ganas los cuentos
preferidos por Rafita y, mientras ella lee, él se adelanta de rato en rato
porque se sabe de memoria lo que sigue en cada renglón de su cuento preferido:
El zorro y la candela.
Y
no se trata solamente de lo que le hace reír, sino lo que le hace pensar: “¡Fuera,
zorro!”, dijo, “¡Eso le pasa por haragán!”. Y se soltó a reír.
Si
todos los niños leyeran como él y si todas las madrinas leyeran a sus ahijados,
como lo hace doña Consuelo a Rafita y a todos los niños que visitan su biblioteca,
otra sería nuestra historia.
1 comentario:
¡Qué hermoso regalo le hace Doña Consuelo a su ahijado Rafita! Es mucho más valioso que todo el oro del mundo pues le permitirá ser mejor personas, conocerse mejor y construirse un futuro lleno de luz en el que sin duda habrña un lugar cálido para los miembros de su comunidad. Y es que quien lee desde chiquito y en un entorno familiar amante de la lectura, crece siendo generoso y solidario.
Ojalá en la escuela de Rafa y después en otras instituciones educativas si asiste a ellas, no maten su amor por los libros con sus práctica de lectura aburridoras, formales y poco creativas.
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