Anduvimos
por Cajabamba, visitando las bibliotecas rurales de Pingo y Quinuacruz.
Ahí,
los equipos docentes se han organizado para animar a la lectura como pilar
fundamental de su quehacer educativo. ¡Ya quisiéramos que en todas las escuelas
fuera así!
El
ánimo enriquecido de los niños puede notarse desde lejos. Y qué generoso el
proceder de los maestros en estos lugares: desde la forma como han
acondicionado sus bibliotecas hasta el respeto enaltecedor con toda la comunidad.
¡Este
aprender no cesa nunca!
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