Las familias bibliotecarias de la Red son fuente de sabiduría y verdad. A través de los actos cotidianos: cuidando las chacras, el agua, los animalitos, viven y enseñan cómo se vive almáticamente con la naturaleza, la vida y la felicidad. La Red enseña que no estamos solos, que los seres humanos estamos unidos a la tierra, vinculados a las montañas, los ríos, el viento, la lluvia, la luna y el sol, pues todo en ella tiene existencia y ánimo.
No podemos olvidar, como nos lo enseñó Alfredo que: “El libro más antiguo de todos es la tierra, donde están escritos los movimientos del tiempo y del viento, el canto de los árboles, los decires de las estrellas y del agua. Donde están escritos los caminos de la lluvia y de las semillas, las voces de los pájaros y de los pueblos, las montañas indomables y las tierras cultivadas. Leer la tierra, caminarla, recorrerla y conocerla, es la mejor manera de amarla y de aprender a respetarla”.
Nathalia Quintero Castro
No podemos olvidar, como nos lo enseñó Alfredo que: “El libro más antiguo de todos es la tierra, donde están escritos los movimientos del tiempo y del viento, el canto de los árboles, los decires de las estrellas y del agua. Donde están escritos los caminos de la lluvia y de las semillas, las voces de los pájaros y de los pueblos, las montañas indomables y las tierras cultivadas. Leer la tierra, caminarla, recorrerla y conocerla, es la mejor manera de amarla y de aprender a respetarla”.
Nathalia Quintero Castro
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