Un texto de Javier Huamán Lara, Coordinador General de la Red
Hablar de nuestra cultura andina es hablar del sentir, de la forma de entender, la forma de actuar juntos, de nuestro espacio, de donde estamos viviendo. La cultura andina es la forma de vida y la forma de vivir. Basarnos en las propias costumbres que tenemos en nuestras comunidades, eso es cultura andina. Nuestra cultura es el valor natural de nuestras propias costumbres, el valor natural o el lenguaje mismo que empleamos nosotros dentro de nuestras comunidades.
La forma de entender las cosas tal como las entendemos en nuestras comunidades: ésa es nuestra cultura. Nosotros no podemos avergonzarnos ante nadie con la forma que somos.
Nosotros como personas, como humanos, tenemos una estrecha relación con la naturaleza. Vivimos juntos con la naturaleza. Nosotros creemos en nuestros cerros, creemos cuando el sol se eclipsa. Cuando se eclipsa el sol, nosotros lloramos, tocamos campanas, y rezamos; ellos dicen «Esos son campesinos ignorantes, creen en cosas que no deben creer». De una y otra manera nos tratan de suprimir, de aislar de nuestras propias creencias.
Nosotros somos políticos en la política de nuestra comunidad, sin que nos enseñen de alguna manera nadie, pero sí hemos podido enfrentar algunas dificultades, y estas dificultades las estamos enfrentando en una forma común.
Nosotros tenemos que dar vida a lo que sabemos y conocemos dentro de nuestra cultura. Nuestra cultura andina es la forma como entendemos las cosas.
Hay muchos mayores que conocemos, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, y ellos no se han dejado seducir, han sido muy fuertes cuando alguien ha venido a imponerse a que dejen de utilizar sus cosas, ¡con derecho se lo han mandao rodar! Y era justo, y les han dicho nomás «Ese viejo ignorante» ¡no es ignorante! Quiere vivir como indio, ése es un derecho.
Todavía nos sentimos avergonzados. Si alguien nos visita a la casa y nos encuentra tomando un caldito verde, nos sentimos avergonzados. Pero no debemos sentirnos avergonzados porque es nuestra forma de vivir. Nosotros podemos invitar un plato de comida a un visitante, y hay que darle nuestras propias cosas, lo que tenemos ahí. No podemos esperar esforzarnos de conseguir. Porque a veces, cuando alguien llega de una ciudad, tenemos que cambiar las comidas ¡Bueno, pues, si no le gusta un caldo verde, que no lo tome, que no lo coma!
Hablando de la cultura andina estamos en busca de una liberación. Este equipo de rescatadores y afirmadores de la cultura estamos buscando un hilo liberador, un camino. Estamos para dar a conocer a nuestra gente, a dar a conocer porque es nuestra realidad, lo que es la sabiduría de nuestros mayores, y también ver cómo está ahorita lo que es la sociedad y compararla con la sociedad antigua de nuestros mayores.
Esta es nuestra cultura, pues, esta es nuestra concepción. Ha habido una coordinación estrecha con la naturaleza, ha habido una experiencia en los cerros, se sabía cuál es el cerro que tiene un «poder».
Hablar de nuestra cultura andina es hablar del sentir, de la forma de entender, la forma de actuar juntos, de nuestro espacio, de donde estamos viviendo. La cultura andina es la forma de vida y la forma de vivir. Basarnos en las propias costumbres que tenemos en nuestras comunidades, eso es cultura andina. Nuestra cultura es el valor natural de nuestras propias costumbres, el valor natural o el lenguaje mismo que empleamos nosotros dentro de nuestras comunidades.
La forma de entender las cosas tal como las entendemos en nuestras comunidades: ésa es nuestra cultura. Nosotros no podemos avergonzarnos ante nadie con la forma que somos.
Nosotros como personas, como humanos, tenemos una estrecha relación con la naturaleza. Vivimos juntos con la naturaleza. Nosotros creemos en nuestros cerros, creemos cuando el sol se eclipsa. Cuando se eclipsa el sol, nosotros lloramos, tocamos campanas, y rezamos; ellos dicen «Esos son campesinos ignorantes, creen en cosas que no deben creer». De una y otra manera nos tratan de suprimir, de aislar de nuestras propias creencias.
Nosotros somos políticos en la política de nuestra comunidad, sin que nos enseñen de alguna manera nadie, pero sí hemos podido enfrentar algunas dificultades, y estas dificultades las estamos enfrentando en una forma común.
Nosotros tenemos que dar vida a lo que sabemos y conocemos dentro de nuestra cultura. Nuestra cultura andina es la forma como entendemos las cosas.
Hay muchos mayores que conocemos, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, y ellos no se han dejado seducir, han sido muy fuertes cuando alguien ha venido a imponerse a que dejen de utilizar sus cosas, ¡con derecho se lo han mandao rodar! Y era justo, y les han dicho nomás «Ese viejo ignorante» ¡no es ignorante! Quiere vivir como indio, ése es un derecho.
Todavía nos sentimos avergonzados. Si alguien nos visita a la casa y nos encuentra tomando un caldito verde, nos sentimos avergonzados. Pero no debemos sentirnos avergonzados porque es nuestra forma de vivir. Nosotros podemos invitar un plato de comida a un visitante, y hay que darle nuestras propias cosas, lo que tenemos ahí. No podemos esperar esforzarnos de conseguir. Porque a veces, cuando alguien llega de una ciudad, tenemos que cambiar las comidas ¡Bueno, pues, si no le gusta un caldo verde, que no lo tome, que no lo coma!
Hablando de la cultura andina estamos en busca de una liberación. Este equipo de rescatadores y afirmadores de la cultura estamos buscando un hilo liberador, un camino. Estamos para dar a conocer a nuestra gente, a dar a conocer porque es nuestra realidad, lo que es la sabiduría de nuestros mayores, y también ver cómo está ahorita lo que es la sociedad y compararla con la sociedad antigua de nuestros mayores.
Esta es nuestra cultura, pues, esta es nuestra concepción. Ha habido una coordinación estrecha con la naturaleza, ha habido una experiencia en los cerros, se sabía cuál es el cerro que tiene un «poder».
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