Cuenta don Marcial Huamán de Luichucolpa y don César Julón de El Enterador:
Para que un médico cure a un enfermo también tiene que poner su armada (bolo de coca). Para que empiece a curar le va conversando a la coca, le dice:
– Coquita, aquí me vas a contar y me vas a decir la pura verdad.
Si lo voy a sacar a este enfermo me endulzarás, coquita miel ni que miel, que si no lo voy a sanar me amargarás, coca marco ni que marco (hoja muy amarga).
Los médicos también lo conversan a la coca para que den sus remedios. Si acaso la coca les amarga, no se comprometen a dar remedio, pero si les endulza sí dan ese remedio.
Muchos campesinos tienen experiencia en la coca para que hagan cualquier contrato o cualquier negocio. En esta forma no van a tener ninguna pérdida porque tienen quien los guíe.
Es como ver la suerte, digamos, también con la coca.
El maestro dice:
– Vamos a ver, coquita de siete virtudes que Dios te ha dado, dime la pura verdad, si este enfermo se sana o no...
El maestro le da su resuello tres veces.
– Si se sana me endulzas azúcar ni qué azúcar y si me va a ir mal te harás marco ni que marco. Vamos a ver, en nombre de Dios y de la Virgen Santísima, quiero que me digas la verdad.
Para que un médico cure a un enfermo también tiene que poner su armada (bolo de coca). Para que empiece a curar le va conversando a la coca, le dice:
– Coquita, aquí me vas a contar y me vas a decir la pura verdad.
Si lo voy a sacar a este enfermo me endulzarás, coquita miel ni que miel, que si no lo voy a sanar me amargarás, coca marco ni que marco (hoja muy amarga).
Los médicos también lo conversan a la coca para que den sus remedios. Si acaso la coca les amarga, no se comprometen a dar remedio, pero si les endulza sí dan ese remedio.
Muchos campesinos tienen experiencia en la coca para que hagan cualquier contrato o cualquier negocio. En esta forma no van a tener ninguna pérdida porque tienen quien los guíe.
Es como ver la suerte, digamos, también con la coca.
El maestro dice:
– Vamos a ver, coquita de siete virtudes que Dios te ha dado, dime la pura verdad, si este enfermo se sana o no...
El maestro le da su resuello tres veces.
– Si se sana me endulzas azúcar ni qué azúcar y si me va a ir mal te harás marco ni que marco. Vamos a ver, en nombre de Dios y de la Virgen Santísima, quiero que me digas la verdad.
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