(“Wayra pawaylla, paway, qespi kayniykita maskarispa - “Vuela viento, vuela, en busca de la libertad”)
Una RED no es solo un tejido, es la conexión de una energía infinita que corre a través de nuestro ser, de nuestra existencia. Es también rojo –en inglés–.
Una red se mueve, palpita a través de nuestro cuerpo, de nuestras venas y de nuestras arterias. Es aquella que llega al corazón trasportando el oxígeno que hace posible la vida.
Una Red de Bibliotecas es trascender con el corazón hacia una inteligencia vital, sensorial e intelectual. Es el fluido vital que se ha gestado en el vientre de una comunidad rural que –en sagrada conexión con la madre tierra– ha transformado el conocimiento; que en cada siembra recoge la cosecha del sudor y se transforma en palabra sublime, infinita, eterna.
Cada uno de sus seres –igualmente inmensos, igualmente hermosos– es esa energía que permite la existencia de esta Red que es líder en América Latina. Nosotros los colombianos, y aún más, nosotros los antioqueños somos personas privilegiadas que poseemos los recursos necesarios (y más que necesarios, en abundancia), para construir una conciencia colectiva a través de las bibliotecas, y somos –créanme que lo somos–, personas encerradas en nuestras construcciones tecnológicas, en un letargo infinito, así: encerradas, egocéntricas. Lo tenemos todo, pero no poseemos lo más importante: UNA CONSTRUCCIÓN SOCIAL.
En Colombia se construyen bibliotecas para atender a una población y somos nosotros los que salimos a buscar la comunidad e imploramos sean aprovechados los recursos que ofrecemos… En Cajamarca es la misma comunidad la que construye las bibliotecas, es la biblioteca la que necesita de las personas y mejor aún, nace de las personas.
¡Mi ABRAZO más expresivo, mi abrazo más sincero! Un ABRAZO con el rojo de mi sangre, que de ser posible pueda teñir la pasión de ser libro, de ser vida, de ser libertad y –sobre todas las cosas– de ser comunidad.
Y para Alfredo Mires: GRACIAS por presentarnos la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, que junto a “Los ojos de Gabi” y al corazón de cada uno de sus representantes, me han enseñado que la verdadera labor de nosotros –los apasionados por los libros, por la narración escrita y oral– está en, con y para la comunidad.
Isabel Henao Osorio
Promotora de lectura Biblioteca Municipal “Gregorio Gutiérrez González”
La Ceja del Tambo, Antioquia, Colombia.
marzo 29, 2011
“Wayra pawaylla, paway…”
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Red Bibliotecas Rurales
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12:42
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