Transcribimos aquí algunos fragmentos del discurso que nuestro compañero Alfredo Mires diera con motivo del homenaje que la Municipalidad Provincial de Cajamarca nos hizo a finales del mes pasado:
…un lugar como Cajamarca, donde históricamente ocurrió la colisión –hace ya casi 500 años– entre dos formas de ver y tratar el mundo, y que tuvo al libro como protagonista emblemático de esta debacle. Aquí no sólo ocurrió un genocidio, sino también aquello que algunos llaman un geniecidio, es decir, la aplicación de la muerte más allá de lo físico, tratando de extirpar el genio y el ingenio de nuestros pueblos; una agresión sistemática y permanente para exterminar las almas, las mentes, las aspiraciones y los sueños.
… estamos aquí y siempre nos parece que recién estuviéramos empezando. Esto tal vez porque no sólo cuenta lo que se hace, sino en nombre de qué causa se hace, es decir, si se ajetrea por un presente que es sinónimo de la devastación y el saqueo, o si se trajina en nombre de un mañana digno, soberano y saludable.
… esta Red no hubiera sobrevivido de no haber sido por la contagiante osadía y el encandilador entusiasmo de los comuneros que la integran. Esa extraordinaria escuela comunitaria, humilde y respetuosa, corajuda y jubilosa, ahuyenta los sinuosos arribismos individualistas y las menesterosas autocomplacencias de los falsos compromisos.
… En el proceso de inserción de los libros en el campo y la animación de la lectura en las comunidades, simplemente puede ser mejor preguntar primero a los que no saben leer y escribir que a aquellos que ya saben hacerlo. De este modo pueden no sólo construirse programas conjuntos, sino identificar los valores endógenos que nos permitan engarzar aquello que puede –realmente– enriquecer al colectivo, en vez de invadirlo y desarraigarlo.
… el libro mismo, en cuanto tal, también puede ser asediante y colonizador, y las bibliotecas pueden ser de por sí como museos de la falsía, como fríos almacenes de letras ajenas e inservibles.
… Porque el problema mayor no está en no saber leer y escribir las palabras, sino en no saber descifrar ni delinear las actitudes. Pues podemos leer mucho sin comprender nada, como podemos escribir bastante pero falseando todo. De manera que una cosa puede ser un educado ignorante y otra muy distinta un analfabeto sabio.
El libro bien puede ser un talismán prodigioso que ayude a almacigar el futuro, pero no basta si no se acompaña de legítimos procesos que respondan a las urgencias de cada contexto y de políticas públicas que prioricen la forja de ciudadanos ilustrados, incorruptibles, comprometidos e identificados plenamente con su cultura y con su tierra.
… Porque no es posible autosatisfacernos con un galopante crecimiento tecnológico en paralelo a un desbocado decrecimiento ético. Como tampoco es plausible un aparente bienestar pecuniario en correlato a los elevados índices de analfabetismo, acceso a la educación, deserción escolar y depredación ambiental.
junio 20, 2011
“No sólo cuenta lo que se hace…”
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Red Bibliotecas Rurales
a las
16:35
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1 comentario:
Pueblo que cuenta, pueblo que lee, que importante es despertar en las personas el hábito de leer y ayudar a entender lo que se lee,como dice el director de bibliotecas, la gente sencilla tiene mucho que contar por lo tanto mucho que leer lo que ellos nos proponen; leer en cada mirada esa riqueza pronfunda que alimenta el alma y hace reposar el cuerpo. sigan adelante bendiciones.
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