Con este título, Jon Osoro escribió la biografía de su hermano David y con ella –luego de la bienvenida que diera nuestro compañero Alfredo Mires–, iniciamos el Tinku (encuentro) para la presentación de “Se acerca la cosecha”.
Tres panelistas –reconocidos literatos y amigos de la Red– participaron de la presentación.
Mónica Buse resaltó el sentido de la libertad y la ternura que habita en los poemas; Luzmán Salas hizo un parangón con los sucesos relacionados al poeta y revolucionario independentista Mariano Melgar; y Miguel Garnett remarcó la intensidad de la vida de David reflejada en sus poemas.
El público participó con sus opiniones y comentarios y los miembros de la Red contaron del tiempo compartido con David, de los aprendizajes mutuos y los sueños comunes.
Al final, nuestro compañero Manuel Angulo dio lectura a la carta que Kepa Osoro –padre de David y también compañero nuestro–, nos había enviado para la ocasión: “Estamos en el camino, esforzándonos por franquear la pendiente insufrible”, nos dice.
Como en todos nuestros Tinkus, muchos de los invitados habían traído consigo algo para compartir al final en nuestra mesa.
Y aquí hemos estado, celebrando con David, con todos, juntos.
Y aquí hemos estado, celebrando con David, con todos, juntos.
2 comentarios:
Un abrazo a todos los comuneros en el reconocimiento a David, a su ser, a su estar en el mundo. Un abrazo fuerte también a Kepa, a toda su familia.
Javier N.
¡Con cuánta emoción seguí desde acá, silenciosa, discreta y amorosamente, vuestro tinku!, ¡lo que hubiera dado por estar allí, en un rincón discreto y silencioso de la sala mayor!
Hace una semana me llegó vuestro paquete con el hermoso libro de los poemas de David que habéis tejido con tanto amor. Pensaréis que soy un débil, pero lo cierto es que al tener entre mis manos vuestro/nuestro libro las lágrimas se desbocaron, fue como un río que se desborda de pronto cuando se quita la compuerta que contiene el agua.
Los recuerdos de tantos y tantos momentos vividos junto a David y junto a Jon se hicieron presentes de un modo vívido y la voz de David durante nuestra última conversación -comentándome lo feliz que se encontraba con vosotros- resonó en mi corazón con una fuerza enorme.
Pero, ¿sabéis?, fue impactante también que entre recuerdo y recuerdo, entre oleada de lágrimas y sonrisas por rememorar anécdotas infantiles o situaciones cómicas, aparecíais cada uno de vosotros a nuestro lado, como espectadores atentos y activos. Fue como si esos dos mundos -el pasado y familiar y el de mis vivencias en Cajamarca- se hubieran fusionado y convivieran con naturalidad.
Os doy las gracias desde lo más hondo del corazón no solo por el hermoso regalo poético sino sobre todo por el extraordinario presente que hicisteis a David permitiéndole compartir vuestro proyecto y vuestro cariño, regalo que después se ha traspasado, redoblado, a mí. No habrá energía ni poder capaz de desprenderos de mi alma, queridos amigos.
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