El 19 de junio se llevó a cabo un
tinku (encuentro) en Madrid para presentar la edición española de “Se acerca la
cosecha”, de nuestro compañero David Osoro. Estos son fragmentos del texto con
el que Kepa Osoro despidió la ceremonia:
Como
suelo decir en otras ocasiones, valoro mucho que haya en esta sala personas que
vienen de fuera, que han estado dispuestas a dejar su entorno, sus quehaceres y
su familia para acompañarnos. Gracias.
Y,
como no puede ser de otro modo, agradezco profundamente la presencia de todos y
cada uno de los demás, que también nos emocionáis con vuestra compañía. Todos y
todas hacéis que me sienta la persona más afortunada del mundo porque mi vida sigue
estando llena de dones, en forma, sobre todo, de personas generosas, honradas y
comprometidas que me regalan lo mejor de sí mismas cada vez que se cruzan
nuestros caminos.
Cuando
comenzamos a tejer este encuentro tuvimos claro que debía tener dos vertientes:
por un lado, recordar a David y de modo modesto homenajearle –con la hermosa
excusa de la literatura– por la profunda huella que ha dejado en todos nosotros
y allá por donde le llevaron sus zapatos y su afán de seguir aprendiendo.
Por
otro y, sinceramente, sobre todo, quería presentaros el prodigioso proyecto de
la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. Ojalá este encuentro os haya
permitido descubrir el extraordinario trabajo comunitario de empoderamiento,
dignificación, aprendizaje y crecimiento colectivo que se está llevando a cabo
en una de las regiones más castigadas, humildes y olvidadas del planeta. Ojalá
lleguéis a vincularos a él.
Y
permitidme que exprese mi más sentido agradecimiento a Antonio Basanta, alma de
esta casa y ejemplo y fuente de aprendizaje constante, autocrítico, innovador y
ejemplar. Pido para él un aplauso desde el corazón.
Y,
finalmente, desde lo más hondo, expreso mi felicidad absoluta porque a mi lado
caminen María y Victoria, mis pacientes compañeras del día a día. Y a ti, Jon,
te confieso que me siento orgulloso de ti, de los pies a la cabeza, como me
sentía privilegiado de acompañar a tu hermano David. Tu ayuda, apoyo, paciencia
y cariño me han traído hasta acá y me ayudan a ser mejor persona.
Gracias
a todos, gracias, gracias.
1 comentario:
Lo más hermoso del tinku no fue el reencuentro con gente querida y amorosa, ni los versos de David que flotaron en el salón, ni la plata que obtuvimos por la venta de los libros y que irá a parar íntegramente a la Red, sino que sentimos la presencia a nuestro lado de todos y cada uno de los miembros de las comunidades campesinas cajamarquinas y eso nos produjo un gozo emocionante e intenso que nos llenó de vida, energía y alegría.
Como estaba previsto, el viernes 19 de junio presentamos en Casa del Lector el poemario “Se acerca la cosecha”, de David Osoro. Nos reunimos un centenar de personas entrelazadas por el cariño hacia David. Pero estábamos allí también para presentar a los asistentes los proyectos, historia, objetivos... de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, un extraordinario trabajo comunitario de empoderamiento, dignificación, aprendizaje y crecimiento colectivo que se está llevando a cabo en una de las regiones más castigadas, humildes y olvidadas del planeta. Como complemento visionamos una parte de la película “Se acerca la cosecha” (se proyectará completa próximamente en TVE) que muestra la cotidianidad de las comunidades campesinas cajamarquinas y su relación con la lectura y las bibliotecas y emplazamos al público a sumarse, de un modo u otro, a esta extraordinaria iniciativa bibliotecaria peruana.
Estamos conmovidos por la extraordinaria acogida que tuvo el proyecto -y la calidez hacia nosotros a través de David-; los asistentes se quedaron impactados por toda la información que les presentamos (también expusimos las publicaciones que edita casi artesanalmente la Red) y preguntaron si íbamos a hacer alguna otra iniciativa relacionada con Bibliotecas Rurales de Cajamarca, lo cual está estudiándose.
Gracias, hermanos, vuestra compañía hace nuestro camino más sencillo y cómodo.
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