Visitamos tres escuelas que cuentan
con una biblioteca repleta de nuestros libros.
En la comunidad de Tangalbamba todos
tienen acceso a la biblioteca. La profesora Carmen Malca Bocanegra fomenta el
rescate con los estudiantes y sus familias, mientras que el profesor Crhistian
Wilmer Sánchez facilita la lectura y registra el préstamo de libros.
En la comunidad de Pingo, el profesor
Miguel Rodríguez Roncal es responsable de la biblioteca de la escuela y toma su
papel como promotor de la lectura, animado y acompañado por todo el equipo
docente de su institución educativa. Entre varias ideas innovadoras, Miguel nos
cuenta de sus planes de realizar un festival de lectura para los padres.
En las alturas, cruzando el río
Crisnejas, está la comunidad de Corralpampa, con su escuela dirigida por la
entusiasta e inspirada presencia de la profesora Soledad Álvarez Plácido. Los
niños en esta escuela han tomado el rescate a un nuevo nivel, ya que producen
sus cuentos en papel reciclado hecho por ellos mismos.
Estuvimos encantados de ver nuestros
libros expuestos en estantes que rodean el patio y los niños felices
agrupándose para leer.
Pero en muchas partes vemos también la
falta de voluntad, por parte del Estado, para mejorar la lectura. El mero hecho
de estar obligado a hacer algo, roba la magia. Y encima, cuando el contenido
está tan alejado de su realidad, es casi un acto de opresión el intentar
promoverla. Los niños se vuelven más desconectados del aprendizaje, pierden su
pasión y su deseo innato para leer.
Felizmente existe la voluntad y el
ejemplo de estos extraordinarios docentes que inspiran a la lectura.
Los libros de Bibliotecas Rurales
nos introducen a las sabidurías y maravillas que ha tomado generaciones para
formar. Otra forma de inspirar a los niños a celebrar sus raíces es
involucrarlos en el redescubrimiento y la preservación de su tradición ancestral,
para darles la oportunidad de ser investigadores y autores.
1 comentario:
Gracias Soledad, Miguel, Carmen y Crhistian por la excepcional, humilde y poco valorada labor que hacéis de promoción de la lectura y la escritura en vuestras escuelas; la sonrisa luminosa de esas niñas y niños que asoman en el blog nos habla de pasión, de lectura compartida, de gozo por la palabra escrita y también por la palabra dada sin pedir nada a cambio.
Estoy convencido de que en el futuro, cuando ellas y ellos sean mayores y auténticos protagonistas de su vida, sabrán echar la mirada hacia atrás para revivir los felicísimos encuentros que tuvieron con los libros de la mano de sus maestros.
Publicar un comentario