Dos
poderosos guardianes se han sumado a la familia en la sede de nuestra Red: Palomo
y Salem.
A
Palomo lo encontramos malherido y tirado en la calle; tuvimos que llamar al médico
para que nos ayudara a curarlo e incluso terminó con un pedazo de cola
amputada.
Y
Salem migró desde la costa, casi le dio el soroche, pero terminó aclimatándose
a los rigores del frío serrano.
Ahora
andan haciendo de las suyas en la casa, pero no hay ratón que se asome en kilómetros
dada la presencia de estas fieras.
¡Bienvenidos,
hermanos!
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