Continúa
el rejuvenecimiento de nuestras bibliotecas en la provincia de Celendín. El año
pasado abrimos varias bibliotecas, desde los barrios de las afueras de la ciudad
hasta las comunidades rurales de la jalca (altura), y a principios de junio
visitamos tres de ellas.
En
la comunidad de Bellavista llegamos a la casa de la profesora Karin Muñoz, que hace
funcionar su biblioteca bajo el famoso sombrero de Celendín, donde los niños
del barrio disfrutan nuestras historias y aprenden de nuestros antepasados,
quienes hablan desde las profundidades de las páginas.
La
profesora trabaja con niños con necesidades especiales, entonces conversamos
sobre nuestro Programa Comunitario y cómo podríamos compartir materiales que podrían
beneficiar a los niños y sus familias.
Temprano
por la mañana siguiente visitamos el barrio de Rosario Bajo donde doña Consuelo
Livaque, bibliotecaria rural, reunió a los niños de su barrio para realizar un genial
círculo de lectura. Cada niño eligió de los nuevos libros que trajimos y muy
rápidamente se perdieron en sus páginas coloridas.
Concentramos
nuestra energía una vez más para leer y escuchar juntos. Los niños se
despidieron contentos sabiendo que cada sábado el espacio estaría abierto para
que los jóvenes lectores fervorosos se reúnan.
Celendín
también nos brindó la oportunidad de encontrarnos con la profesora Nancy Castañeda,
la entusiasta Coordinadora que sigue animando a sus colegas a integrarse en la
familia de las bibliotecas rurales. Nancy todavía se está recuperando de un
accidente que fracturó su brazo: ¡desde aquí le enviamos un abrazo fraterno y
nuestros mejores deseos para una pronta recuperación!
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