Durante los años 1962 a 1992, Monseñor José Dammert
Bellido fue obispo de la Diócesis de Cajamarca. Él y su obra –arraigada en los
basamentos de los Conferencias Episcopales Latinoamericanas de Medellín y
Puebla, la Teología de la Liberación y la Opción para los pobres– marcaron el
rumbo de la Iglesia Católica en Cajamarca en estos tiempos.
En este contexto religioso, político y social, el
sacerdote inglés Juan Medcalf fundó en 1971 la Red de Bibliotecas Rurales. Unos
años después arribó también Alfredo Mires a Cajamarca para formar parte de la comunidad
cristiana de Baños del Inca, junto con el Padre Juan y otros compañeros.
En el año 1982, Juan Medcalf regresó a Inglaterra y
Alfredo quedó a cargó de la Red. Desde esos entonces camina al lado de los
humildes, comparte su vida y sus andares, y precisa como eslabón y “traductor”
entre culturas.
Este año, Monseñor Dammert habría cumplido 100
años, motivo cardinal para celebrar un homenaje. Alfredo Mires fue invitado
para dar una conferencia con el tema Educación
y campesinado para esta ocasión. Los que pudimos estar presentes en esta
conferencia magistral nos quedamos francamente impresionados por la envergadura
de la obra de Dammert y su apoyo y aprecio para nuestra Red de Bibliotecas
Rurales.
Agradecidos, compartimos algunos pasajes de esta
conferencia con ustedes:
“A mediados de los años ’80,
cuando le conté que iba a hacer un libro sobre las tradiciones orales
cajamarquinas relacionadas con las apariciones de dios, los santos, las santas
y sus milagros, Dammert se entusiasmó y empezó a rescatar también los cuentos a
través de sus estudiantes en los cursos de religión que tenía durante las
vacaciones en la Oficina Departamental de Educación Católica.
En una ocasión, mientras
revisábamos los textos, hizo una especie de confesión. Me contó que alguna vez,
yendo él montado a caballo hacia una lejana comunidad, al llegar a la cima de
un cerro, vio una ordenada ruma de piedras al costado del camino. Preguntó al
campesino y bien capacitado catequista que lo guiaba qué cosa era eso. El
campesino le dijo que esas eran creencias antiguas de la gente, que solo
individuos sin preparación cristiana acostumbraban a dejar una ofrenda de
piedra en esa apachita, en agradecimiento al cerro… Siguieron caminando en silencio,
él adelante, sobre el caballo cuando –de súbito volteó– vio al mismo campesino
dejando devota y sigilosamente su piedrecita de ofrenda.
Era como comprender que el
corazón no se educa…
Monseñor
nunca ocultó su entrañable preocupación por la dignidad de los más pobres. Y no
solo era un alegato: él los visitaba, los atendía, los cuidaba... Hace
veinticinco años que Dammert ya no está aquí, pero eso no significa que no haya
pobres y que no haya empobrecedores: pobres sigue habiendo, pero es como si
ahora estuviera prohibido verlos. Hay una pertinaz miseria óptica que nos viene
torciendo… o será que la consciencia también es sujeta de privatizaciones
extractivas”.
Alfredo Mires Ortiz y Monseñor
José Dammert Bellido. Baños del Inca, Cajamarca, setiembre de 1980.
1 comentario:
La figura de José Dammert debe servir de ejemplo y empuje para todos nosotros. Ejemplo de vida, de generosidad, de lucidez y de amor infinito a los más pobres, sobre todo a los más chiquitos. Empuje para nuestras almas frágiles, siempre envueltas en mil y una vicisitudes -algunas de ellas fruto de nuestro egoísmo- y necesitadas de aliento comunitario.
Interesa visionar este video sobre la vida de Don Pepe.
https://www.youtube.com/watch?v=_gUxPF0cLrk
Publicar un comentario