Hace
unos días, durante una breve excursión al apu Qayaqpuma (cuyos misterios y
secretos lleva estudiando nuestro compañero Alfredo Mires desde hace más de 25
años), nos encontramos con un nutrido grupo de niños que visitaban la montaña
acompañados de sus profesoras.
Conversando
con ellos, nos dijo una de las docentes: "Yo suelo organizar estos paseos con mis niños cada año, pues es muy
triste que casi nunca se les enseña a valorar lo que es nuestro".
En
efecto, parece ser que el precio de la modernidad se costea con la conciencia
de los más pequeños.
Felicitamos
de todo corazón a todos los que, pese a las trabas que presenta la sociedad
actual, hacen –como estas profesoras– un cariñoso y ferviente intento por
rescatar los valores tradicionales y propios de la cultura cajamarquina.
Sucesos
como este nos recuerdan aquello de "Como
no sabíamos que era imposible, lo hicimos".
Rumi Mires
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