julio 17, 2018

Balances de lectura

Las lecturas, los lectores y las formas de leer en el campo siguen mostrándonos el dinamismo que habita en el seno de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca.
Tal como dice nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz: La lectura no es un ejercicio académico, no es para sacar una nota: la lectura es despertar la capacidad de leer el mundo y, a través de esa lectura, leer los libros”.
Unidas a las lecturas que los campesinos cajamarquinos hacen de la naturaleza, están las lecturas que hacen de los libros. Queremos resaltar a Fernando Alexis, de 11 años, de la provincia de Chota, quien es uno de los más asiduos lectores de la biblioteca rural de su comunidad.
Si la lectura, como nos enseña Alfredo, “debe ser un apasionamiento constante”, de ello dan fe las bibliotecas rurales de las provincias de Hualgayoc y Cutervo que entre sus lectores constantes se encuentran niñas, niños y jóvenes entre los 7 y los 18 años, y también un buen número entre los 19 y 35 años.
La familia Cieza, en Hualgayoc, sobresale por la cantidad de libros que solicitan y leen. Don Anaximandro Velarde, bibliotecario de su comunidad, se distingue por ser un lector incansable.
Por su parte, uno de los sectores de la provincia de Contumazá, registra un importante número de lectores de 61 años en adelante.
Estas noticias nos alientan a seguir animando las prácticas de lectura en el campo; gracias a nuestros bibliotecarios y coordinadores, hombres y mujeres, niñas, jóvenes y adultos que impulsan el canje de los libros, los círculos de lectura y la lectura ‘nutritiva’ que nos lleve a “leer nuestra propia realidad, poner lo que sabemos al servicio de nuestra gente y ser humildes”. La lectura “tiene que ser una proclama de libertad, para crecer, para imaginarnos un mundo mejor”.

No hay comentarios: