Uno
de los males de la época actual es la alta contaminación de las ciudades. Nos
dicen que estos centros de aglomeración nos brindan calidad de vida, que allí
encontramos medios y recursos laborarles y que, por tanto, nuestra existencia
será mejor.
Si,
son centros de concentración de gente y de contaminación; concentración de
actividades, bienes y servicios, y también de consumismo, frenética rapidez e
insatisfacción.
Los
centros urbanos están presentando los mayores índices de polución del aire. En
grandes ciudades como Lima en el Perú y Río de Janeiro en Brasil, los niveles
son alarmantes; pero el asunto no es nuevo: en Chile y México desde hace ya
bastante tiempo se presentan graves problemas en este aspecto y por este camino
van Argentina, Colombia, Bolivia…
No
obstante, los pueblos andinos que permanecen en los campos, viviendo de la
siembra y bajo el ritmo campesino, saben que otra forma de vivir es posible.
Más sencilla y menos contaminada. Una vida más austera tratando de filtrar los
embates de los mensajes que nos indican que consumir más, comprar más y
malgastar, es mejor. Una vida más humilde, pero más sabia; una vida en mayor
armonía con nuestro planeta, con nuestra tierra.
Por
ello, las familias campesinas de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca
decimos sí a nuestra tierrita, sí a la vida en el campo, sí a una vida en mayor
plenitud, mayor felicidad, mayor autonomía.
Nathalia Quintero
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