El
24 de marzo de 1980, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, San Romero de América (quien
sí merecería el adjetivo de Santo como ‘distinguido por dios y por su pueblo’)
fue asesinado por sicarios del “orden establecido”.
Un
libro extraordinario y comunitario que cuenta de su camino es “Piezas para un
retrato”, que fue trabajado y producido por María López Vigil.
Aquí
un fragmento y la invitación para leer el libro completo:
Fueron varias sesiones, empezábamos ya noche y nos
agarraba el amanecer discutiendo. Muyshondt muy cordial con Monseñor, pero muy
duro con las demandas de los trabajadores.
- Sin ceder no se arreglan los conflictos -insistía
Monseñor.
- Pero con violencia no se puede dialogar -repetía
Muyshondt.
Él quería que desmontáramos la huelga para entonces
negociar. Pero nuestra única arma era la presión sindical en la fábrica y la
presión popular en la calle.
- Lo que ellos hacen es violento -le reclamaba Muyshondt
al obispo.
- Pero lo que ellos piden es justo -le argumentaba él.
Fueron días de mucha tensión. Terco Muyshondt, decididos
nosotros y sabio Monseñor Romero en su permanente consejo a la patronal.
- ¿Qué cuesta ceder? -les decía-. Cedan, quítense a
tiempo los anillos para que no les corten los dedos. Quien no quiere soltar los
anillos por justicia, se arriesga a que se los arrebaten por violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario