Pese a los días de pandemia que
cambiaron nuestro cotidiano devenir, las tareas de la Red de Bibliotecas
Rurales han ido recobrando su ritmo poco a poco; se han adelantado nuevas
acciones y procesos, nuevos libros y nuevos ánimos nos acompañan en esta etapa caracterizada,
a decir de nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz, por “las purgas y
reinvenciones, las limpias y las purificaciones”.
La Red cuenta con varias
Bibliotecas Rurales en Familia (BR en FA), nuevo tipo de biblioteca emergida
del contexto de la pandemia y que, hoy, contribuye fuertemente a que los libros
encuentren lectores en su propia casa. Los libros, los encuentros para leer están
cerca, muy cerca.
Nos han solicitado nuevas Bibliotecas
Rurales en Institución Educativa (BRIE), como es el caso de la biblioteca en la
institución educativa de San Pedro, en Chiclayo, coordinada por el profesor
Marino Torres. A él y a sus estudiantes les damos la bienvenida a esta familia
bibliotecaria.
Ya están disponibles para el
canje los libros: “El campesino y la tierra”, de nuestro comunero de Contumazá
Marcos Florián Alcántara, y “El puma al acecho” escrito por Alfredo Mires Ortiz
y Miguel Garnett.
Agradecemos a Francis Bazán y
Mauricio Pérez, quienes nos dieron un mano en la preparación de estos
materiales para el campo.
Algunos coordinadores han
llegado hasta Cajamarca, a la Oficina Central, a traer sus libritos ya leídos y
llevarse otros, los que circularán entre las comunidades. Este movimiento de
los libros nos anima, el canje de libros como semillas es un bastión esencial en
la concepción de nuestra Red.
Sabemos que nuestras familias
bibliotecarias continúan realizando sus lecturas, además de desarrollar sus
labores en el campo; hacen sus ofrendas a la tierra, cuidan sus chacritas y
sembríos y continúan empeñosos en sus labores como voluntarios y comuneros de
la Red.
Es muy grato sabernos juntos a pesar de estos tiempos;
reconocernos como gran familia, amigos y hermanos.
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