A propósito de cómo hablamos el castellano de manera
tan diferente, no solo a lo largo y ancho de todo el territorio peruano, sino
también en cualquier país hispanohablante, escuché decir a un joven: “No
entiendo por qué tienen que andar justificando y dando explicaciones acerca de
cómo habla la señora Lilia Paredes (esposa del presidente electo de nuestro
país), si todas las formas de hablar en nuestro país son correctas, si todos
hablamos como los aprendemos en nuestras familias y en nuestros pueblos”.
En cierto modo tiene razón, es solo que no se trata de
justificar la forma cómo hablamos, sino de que, quienes creen que hablan en
forma correcta, ojalá, con las explicaciones, se den cuenta de sus propias
imperfecciones.
Se trata también de aprender a establecer diferencias
entre quien “habla bonito” y no dice nada o dice puras mentiras, y quien habla
sinceramente, así deba inventar sus propias palabras.
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