Yo quiero hablar de una mesa bonita
donde todo ocupaba
el lugar de la abundancia,
la abundancia de corazón
y de frutos y hojas
y raíces de la tierra.
Una mesa donde todo era ofrenda
humana.
Ofrendamos a los dioses pequeños
que eran las manos de doña Dona,
la risa de Nerly y Salomé
y la generosa conversa de don Sergio.
Ofrendamos
a los dioses de todos nosotros
que se apersonan
cuando agradecemos.
donde todo ocupaba
el lugar de la abundancia,
la abundancia de corazón
y de frutos y hojas
y raíces de la tierra.
Una mesa donde todo era ofrenda
humana.
Ofrendamos a los dioses pequeños
que eran las manos de doña Dona,
la risa de Nerly y Salomé
y la generosa conversa de don Sergio.
Ofrendamos
a los dioses de todos nosotros
que se apersonan
cuando agradecemos.
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