octubre 04, 2009

Bagua, por junio 5

¿Dónde yace el centinela
del oxígeno del mundo?
– En su jardín incendiado,
en el dolor más profundo.

¿Por qué ha sido asesinado
con su pluma, con su lanza?
– Para robarle la flor
la sonrisa, la esperanza.

¿Y dónde está la consciencia
del que cobra por su muerte?
– Ése engendro no la tiene,
él nació sin esa suerte.

¿Ahora quién hará justicia?
¿O también esto se olvida?
– Su muerte es tu propia muerte.
Su vida también tu vida.

Alfredo Mires, de Cajamarca

octubre 01, 2009

Animando a leer

En los caminos hacia alguna de las más de seiscientas comunidades en las que nos encontramos, así como en las propias Bibliotecas Rurales en las casas de los comuneros bibliotecarios, se pueden hallar afiches animando a la lectura. Aquí compartimos uno de ellos, en cuyo texto –tomado de la Carta del jefe indio Seattle–, dice:
“Deben enseñar a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos.
Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes, a fin de que sepan respetarla.
Enseñen a sus hijos, como nosotros hemos enseñado a los nuestros, que la tierra es nuestra madre.
Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos
de la tierra.
Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos”.
¡¡No te quedes en esta página!! Sigue leyendo en tu biblioteca…

¿Quién es “discapacitado”? I

Rosabel nació en el caserío de La Providencia, en Sócota, distrito de la Provincia de Cutervo. Su parto fue largo y difícil. La asfixia que sufrió en estos momentos le marcó con un cuadro de Parálisis Cerebral Infantil.
La familia de Rosabel es muy humilde. Vive de lo que produce su chacra: maíz, papa, menestras, trigo y –como el clima es templado–, también tienen árboles frutales. En días especiales comen huevos y, muy de vez en cuando, alguna gallina o un cuy. Pero eso ya es fiesta.
En el año 2006, cuando nuestro Programa Comunitario inició su labor en Sócota, Rosabel se integró a través de la coordinadora Liliana Díaz, que a su vez trabaja como enfermera en el Centro de Salud de esta localidad. En aquel tiempo, Rosabel era una niña que no podía moverse por sí sola y dependía totalmente de las atenciones y cuidados de su mamá y otros familiares. Tampoco se relacionaba mucho con los demás y no se le entendía cuando hablaba, aunque sí notamos que es una niña sumamente inteligente.
Al principio, el trabajo de Liliana en Sócota no fue fácil. A pesar de sus conocimientos médicos, ella nunca había trabajado en el acompañamiento y la atención de niños “discapacitados”. Felizmente contó con el apoyo de su esposo, Igor Irigoín, quien ya se había incorporado como voluntario en el trabajo de la Red de Bibliotecas Rurales y conocía los principios que rigen nuestra labor: el respeto a la tierra, la consideración a las tradiciones culturales andinas, el acompañar a los más humildes y la toma de decisiones desde, con y para la comunidad.
No sabemos qué hacer”, nos dijeron Liliana e Igor las primeras veces. Luego, las constantes capacitaciones de los coordinadores del Programa –tanto en Cajamarca como durante las diversas visitas a Sócota–, junto al enorme interés que ambos tomaron para auto-capacitarse, han ayudado a superar esta dificultad. Igualmente aprendieron –y siguen aprendiendo– de los mismos ‘Juanitos’ y sus familiares.
A partir de la terapia aplicada, Rosabel ha mejorado notablemente. Ahora ha aprendido a moverse sola, se sienta con autonomía (por sí sola), ha logrado pararse y da sus dos primeros pasos. Aprendió a comer sin ayuda, lavarse y vestirse por su cuenta, lo cual le da mucha independencia.
Además de la terapia realizada con Rosabel, Liliana e Igor orientaron a los familiares para que le enseñen a hacer actividades en la casa. Actualmente, cuando visitamos a Rosabel, la encontramos desgranando maíz, frijoles o alverjas. También ayuda a cocinar, lavar la ropa y a mantener limpia su casa. Da de comer a los animales (gallinas, cuyes, gato, perro) y cuida la casa y el jardín cuando los demás salen fuera.
Creo que la evolución que ha logrado alcanzar Rosabel ha sido principalmente gracias a que la familia comprendió e interiorizó las actividades y la propuesta del Programa Comunitario”, comentó Igor durante nuestra última reunión de Evaluación y Planificación anual.
Y es verdad: Hoy la familia se siente muy contenta. ¡Brota por todos lados la felicidad de tener a una niña tan especial! A esto se suma el extraordinario sentido de humor de Rosabel que contagia a todos.
Viendo la situación económica de la familia, Liliana e Igor solicitaron el apoyo de “La honda de David”, asociación de amigos solidarios en Alemania, con la finalidad de conseguir una parte de dinero para comprar un ternerito. Ahora, después de más de dos años, es un toro muy manso al que Rosabel da de comer. El toro trabaja en la chacra y en la molienda de caña de azúcar que repercute en una ayuda inmensa para la familia.
Nuestra propuesta para continuar acompañando a Rosabel y aliviar el cuidado para su familia es conseguir de la misma manera un burrito para que Rosabel pueda recorrer distancias más largas sin que su madre tenga que cargarla en la espalda. Vemos necesaria esta inversión ya que la niña es cada vez más grande.

¿Quién es “discapacitado”? II

Un gran problema seguía siendo la independencia de Rosabel para ir al baño. La familia usaba una de las letrinas estándar que proporcionan los programas oficiales de sanidad ambiental. Estas letrinas son muy estrechas y no cuentan ni con asiento ni con la posibilidad de colocar asideros porque sus paredes están hechas de calaminas.
Junto con la familia logramos diseñar una letrina adaptada para Rosabel que no sólo ofrece más espacio (para que Rosabel pueda ser acompañada, si fuese necesario), sino también tiene un asiento sencillo de madera y varios asideros para facilitar el uso para la niña. Esta letrina fue construida por los padres con el apoyo de Igor y algunos comuneros.
Creemos que esta letrina no sólo le aligera la vida a Rosabel y su familia. La minga que se hizo para construirla sirvió también a los demás comuneros: ¡han crecido en aspectos técnicos, pero más aún han aprendido algo importante a raíz de uno de los miembros más humildes de su comunidad!
También mejoró la vida social de Rosabel, su familia y los demás comuneros. Mucha gente que conoció a Rosabel cuando era pequeñita no pueden creer al verla hoy en su casa realizando tantas cosas. Muchos comuneros incluso la visitan para conversar con ella o también para entregarle algún poquito de maíz, papa, y se sorprenden de su sabiduría.
Para comprender esta dimensión es necesario resaltar el trabajo que realizan Liliana e Igor a nivel comunitario. Han formado un Grupo de Padres (de niños “discapacitados”) sólido donde discuten sobre la importancia que tienen los Juanitos en la familia y la comunidad, tocan temas específicos de rehabilitación y terapia (masajes, terapia de lenguaje) y otros como desnutrición, alimentación balanceada, desparasitación y contaminación ambiental. También ofrecen sesiones de videos sobre personas “discapacitadas” y temáticas similares. Los padres de Rosabel son miembros importantes y reconocidos en este Grupo.
El equipo del Programa Comunitario de Sócota que empezó únicamente con Liliana hoy es más grande. Igor ya no sólo apoya nuestra labor sino atiende a sus “propios” Juanitos. A finales del año 2008 se integró también Abel Vásquez en nuestra labor. Él, apoyado por su esposa Marlene, atiende a 5 Juanitos en el sector de San Luis de la Lucma, a una hora de Sócota.
Como Responsable de este Programa me conmovieron sobremanera algunos comentarios de este equipo. Uno fue el texto que mandó la mamá de una niña de Sócota en su hojita de monitoreo. Ella escribe: “El milagro que Carol experimentó durante su permanencia en el Programa fue que empezó a realizar cosas que antes no podía, como jugar u ordenar sus cosas. Sobre todo mejoró su equilibrio para caminar; ahí se notó más su cambio. Lamentablemente Carol tenía una enfermedad incurable que llevó a su muerte el 06 de diciembre del 2008”.
Liliana e Igor, en su informe del presente año escribieron: “Todo nuestro trabajo está inspirado en los niños que con sus tiernas miradas nos enseñan lo grande y profunda que es la vida y también en usted, que con su trabajo y entrega permanente nos enseña a querer a estas personas y nos hizo ver lo difícil, pero también lo hermoso y profundo de esta labor”.
Rita Mocker, Responsable del Programa Comunitario