enero 30, 2020

Comunidad meritoria

En los últimos años vemos constantemente, en estados de whatsapp, publicaciones de facebook, instagram y otras redes sociales, imágenes y expresiones donde muchas personas muestran orgullosas los éxitos propios o de algún familiar. Estos “éxitos” van desde arreglar una habitación, ganar un concurso en una fiesta infantil, hasta obtener un título o grado universitario, así como aperturar un negocio o conseguir un trabajo…
Es de imaginarse, entonces, el inmenso orgullo que sentimos todos los miembros de la Red de Bibliotecas Rurales al ver el justo reconocimiento que nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz, ha recibido por parte del Ministerio de Cultura, porque, como él mismo dice, es un reconocimiento para todas las comunidades que forman parte de esta organización, de esta familia.
Por ello, para nosotros, estar cerca de alguien reconocido como “Persona Meritoria de la Cultura”, no es solamente un motivo de orgullo, sino también un motivo más para seguir comprometidos con esta lucha constante en la que cada día vamos aprendiendo de nuestro compañero Alfredo y de todo lo que él conoce y nos comparte acerca de la vida, de la sabiduría y de las honduras comunitarias, de nuestra historia y cultura peruana y del mundo entero.
Y este orgullo colectivo se debe también a que Alfredo no solamente es un antropólogo investigador, sino porque es un hermano, un compañero que nos anima a seguir, a avanzar, a leer, a aprender y a desaprender. Nos anima con sus coplitas, con sus cuentos, con su poesía, con sus dibujos… también con sus bromas.
Ahora que los tiempos son difíciles porque con tantas redes sociales y con tanta televisión la gente lee menos y se vicia más, publica y celebra cualquier cosa y no lo que realmente merece celebrar, este reconocimiento para Alfredo es una buena señal para nosotros. Es una esperanza y un ánimo.
Bien dicen algunos compañeros en el tomo 22 de la Enciclopedia Campesina, “El porqué de los cuando”, de nuestra serie “Nosotros los cajamarquinos”:
Cuando escuchas cantar un pajarito, es porque tu día será lindo.
Cuando se juntan muchos quindes es porque va a ser un buen año.
Cuando nos armamos y la coquita nos endulza, nos va bien.
Gracias Alfredo por tu trabajo que nos augura buenos tiempos, gracias por esas buenas señales que nos hacen seguir creyendo.

Flor de libros

Hace poco una amiga nuestra nos preguntó, en nombre de una hermana suya, si podía hacernos llegar algunos libros en donación: le dijimos que sí, con gusto.
Le pedimos su nombre completo para hacerle llegar una carta con nuestra gratitud y en su nombre nos dijo que no era necesario, que el solo saber que los libros iban a ayudar con la animación a la lectura, era suficiente.
Y nos envió los libros desde Lima: dentro de la caja estaba una nota diciendo:
“Lo mejor de los libros es compartirlos…
Ojalá más gente pueda leer.
Flor”.
Gracias, Flor: los libros son como semillas.

Leyendo Santuarios

Recibimos hace poco esta nota de la señora Yolanda Angélica Ortiz Zorrilla, quien es lectora infatigable y también ha participado como voluntaria, en diversas ocasiones, con nosotros:
«Leo en estos días el libro “Santuarios primordiales: Arte rupestre en Cajamarca, Perú” y quiero decirles cuánto me fascina y me conmueve adentrarme en sus páginas.
Es tanta información, y tan finamente ordenada, tan sentida, que no puede leerse solo como un documento de historia, sino como un testimonio de nuestros ancestros.
Me remonto hacia esos tiempos y me inunda el cariño hacia aquellos nuestros abuelos: ¡¡cómo me gustaría estar ahí, aunque sea alcanzándoles agüita mientras pintan o labran sobre las piedras!! Cómo me gustaría ayudarles alcanzándoles sus pinceles o mezclándoles sus colores, maravillándome con sus cuentos, aprendiendo con ellos…
Gracias por este libro extraordinario.
Gracias a todos ustedes, a sus familias y comunidades.
Con un abrazo
Yolanda».

Una forma viva de aprender

Pertenecer a la familia de Bibliotecas Rurales me ha hecho entender que la vida está llena de experiencias, experiencias que me ayudan a crecer como persona y también a mi desarrollo como profesional.
Ser voluntaria me hace sentir útil; involucrarme en estas actividades me hace sentir bien.
Realmente estoy muy agradecida y feliz por brindarme esta oportunidad de ser parte de la Red, porque sigo aprendiendo del trabajo en comunidad, a valorar y a respetar nuestro patrimonio, nuestra naturaleza, a querer más mi cultura.
Mediante los libros que siempre me han acompañado, he podido fortalecer mis conocimientos y a mejorar mis capacidades para el entendimiento ahora de mis estudios.
Me siento muy contenta por esta viva acogida.
Zelma Gálvez, Voluntaria

Aprender con ganas

A mediados de enero, el Programa Comunitario había invitado para la primera capacitación de este año.
El enfoque de este Encuentro fue el aprendizaje de los niños con capacidades proyectables y tratamos temas como atención, concentración y memoria, Leer para los otros, procesos de aprendizaje en la lecto-escritura y las matemáticas.
Todos estos son contenidos muy importantes para trabajar con los niños con “discapacidad”. Sabemos que los docentes y padres de familia tienen que aplicar metodologías más prácticas para acercar estas materias difíciles al contexto de cada niño.
Aquí, en la Red de Bibliotecas Rurales, aprendimos divertidas técnicas, juegos muy amenos y diversos procesos que pueden aliviar estos aprendizajes difíciles.
Juntos, todo es más divertido.

Herencia cultural

Una casa llena se reunió el 13 de enero en el antiguo edificio municipal de Cajamarca para escuchar a cuatro exponentes hablar de nuestro patrimonio cultural.
Nuestro compañero y asesor de nuestra Red, Alfredo Mires, fue invitado a dar el discurso de apertura.
Alfredo habló de la importancia de reconocer y honrar la verdadera esencia de nuestro patrimonio cultural (“¡Matrimonio podría ser un término mejor, pero eso ya fue tomado con otra connotación!”).
“Mirar un cerro como si solo fuera un montón de piedras, es como mirar a un hombre como si solo fuera un montón de huesos”, nos recordó Alfredo.
Habló de su estudio de décadas con el Apu Qayaqpuma y el arte rupestre de miles de años de nuestros antepasados. Este trabajo se exhibe bellamente en la reciente publicación de "Santuarios primordiales", que detalla el arte rupestre de la región de Cajamarca.
Muchas gracias a la Asociación cultural Apu y a los organizadores, a los ponentes y todos los que asistieron y participaron en este evento.

De vuelta a casa

Zelma Gálvez es hija de Lino Gálvez Blanco, Bibliotecario Rural y Coordinador de la Red de Bibliotecas en Bambamarca. Ella creció con los libros, se convirtió en bibliotecaria a los 12 años y a los 14 empezó su voluntariado en la sede central de la Red, demostrando compromiso y dedicación.
Para hoy, Zelma pasará ya al IX ciclo de la facultad de Sociología en la Universidad Nacional de Cajamarca; en todo este tiempo, a pesar de sus horarios en los estudios, siempre ha estado pendiente para apoyar con las actividades de la Red: hoy celebramos su regreso a casa. Su presencia y sus logros nos animan y una vez más será enorme su apoyo en este camino.
¡Bienvenida, Zelma, a tu comunidad!

Constante y silenciosa

Algunas personas realizan a diario y en silencio una labor importante. Entre ellos están muchos profesores que no sólo cuidan a muchos niños cada día, durante largas horas, sino también tratan de formarlos, de hacerlos crecer y convertirlos en personas con conocimientos. Son, sin duda, las personas que –durante los primeros años de vida– pasan mucho tiempo con nuestros hijos. Por eso siempre queremos que nuestros hijos tengan los mejores profesores.
Sin embargo, hoy en día, muchos padres no quieren que sus hijos estudien para ser profesores. Las ingenierías, el derecho y la medicina son las carreras que muchos padres proponen –u obligan– a estudiar a sus hijos, porque eso da ingresos y prestigio.
En Bibliotecas Rurales siempre estamos reconociendo el valor de la educación, en diferentes niveles. Y nuestros voluntarios están eternamente reconocidos por los aprendizajes que adquieren aquí.
Lola Paredes Saldaña es voluntaria de la Red desde más de 20 años. En las mañanas es profesora en una reconocida institución educativa en Cajamarca. Lola, sin hacer alharacas, emplea la lectura, usa nuestros libros, transmite sabidurías ancestrales, reconoce el valor de los antiguos y promueve conocimientos literarios con los alumnos y estudiantes de su centro educativo.
Igualmente en silencio, Lola recibió a finales del año pasado el reconocimiento
Laureola de Oro por su trayectoria como docente de la UGEL (Unidad de Gestión Educativa Local), Cajamarca.
Lola nos lo mencionó de pasadita: Quizá por eso demoramos en percatarnos de ese galardón.
Estamos orgullosos de ti, Lola. Eres un ejemplo, una luz, una guía en estos tiempos imprecisos. ¡Nuestras sinceras felicitaciones! Y un gran abrazo de parte de todo nuestro equipo.

enero 14, 2020

Homenaje

Este jueves 16 de enero tendrá lugar, en la sede del Ministerio de Cultura, en Lima, la ceremonia de reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura: nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz estará entre quienes recibirán este homenaje.
«El mérito, en verdad, es de la comunidad que ha forjado este camino y esta andadura», nos dice Alfredo.
¡Felicitaciones y muchos abrazos!

Esta nuestra Red

La Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, por cerca ya de 50 años, ha sido ejemplo del trabajo voluntario. Años tras año acoge a quienes, desde el Perú y distintas partes del mundo, llegan a nuestra casa comunal a hacer parte de las labores cotidianas de la Red.
Unos con curiosidad y deseo pleno de conocer la experiencia; otros con altruismo y generosidad sin límites; unos que comparten su saberes y aprenden con entusiasmo; otros en tránsito, otros que desde la distancia siguen con nosotros con compromiso y cariño; otros muchos más, como nuestras familias bibliotecarias y miembros del equipo central, que permanecen: están y siguen persistiendo sin dejar de creer en los principios que guían su alma y corazón voluntario, que nace de la firme decisión de hacer sin esperar recompensa, sembrar y trabajar diariamente para fortalecer los lazos de solidaridad, ayuda mutua y comunitarismo.
El voluntario de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca no merma su alegría, su honda aspiración de compartir y seguir creciendo como la familia, el ayllu, que somos. Como bien dice el inolvidable Víctor Jara: “¡qué cosa más linda es ser voluntario; construyendo parques para el vecindario; levantando puentes, casas y caminos; siguiendo adelante con nuestro destino!”.

Terminando la escuela

Aldana vive en la comunidad de Huarrago, en la provincia de Cutervo. Ella nació con parálisis cerebral infantil. Cuando los responsables del Programa Comunitario la conocimos en el año 2013, Aldana tenía cinco años, pero no podía caminar y no tenía mucha sensibilidad en sus piernitas.
Su madre, doña Ángela, es una mujer con valor, como toda su familia. Apenas le enseñamos los ejercicios para su hija, ella se propuso hacerlos todos los días. Además, buscaba información por otros lados, siempre estaba al tanto de su alimentación y dedicaba muchas horas a la mejoría de su hija.
En estos nueve años, Aldana aprendió a caminar, primero con un andador, luego con bastones y hoy logra movilizarse sola en tramos cortos. Pero ese no es el único logro: Gracias al apoyo de muchos profesores con empeño, Aldana también asistió al Jardín de Infancia de su comunidad y en diciembre 2019 terminó la escuela primaria.
Doña Ángela, en la actualidad, es Coordinadora del Programa Comunitario de la Red y todos aprendemos de su perseverancia, fuerza y decisión.
Para nosotros, la historia de Aldana es un ejemplo a seguir.