octubre 30, 2020

Hacia una prehistoria de Cajamarca

 - Ciclo de Conversatorios Aulas Abiertas Rumbo al Bicentenario
- “Hacia una prehistoria de Cajamarca”
- Viernes 30 de octubre
- 17:00 a 18:30 horas.
- Transmisión: Fanpage de la MPC y vía YouTube – Canal Escuela Taller San Antonio, Cajamarca

octubre 26, 2020

Bibliotecas en red

Ayer tuve la posibilidad de presenciar la conversación virtual entre Laura Acero de BibloRed, Colombia, y Alfredo Mires de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca:
Soy seguidor de Bibliotecas Rurales, pendiente de sus noticias y –en estos tiempos de pandemia– he podido gozar de muchos webinarios, ponencias virtuales y conversaciones similares a través de diferentes canales y plataformas.
Siempre es enriquecedor, animador y esperanzador, escuchar lo que Alfredo comparte con tanta amabilidad y gratitud, pero el conversatorio de anoche fue, realmente, bello.
Laura, tan amable y cariñosa, inspiraba mucha ternura y respeto por el trabajo de Bibliotecas Rurales, y logró transmitir su admiración por el trabajo de la Red al público. Y Alfredo presentó, en muy poco tiempo, una suma y una extensión de todo lo que hace Bibliotecas Rurales: desde su concepción hasta los detalles del canje de libros, desde el ánimo y esfuerzo que inspira un Coordinador hasta la necesidad de unir fuerzas para proteger este planeta. Fue, realmente, grande.
Gracias nuevamente a la Red de Bibliotecas Rurales y a BibloRed, Colombia, por tan precioso atardecer. Felicitaciones y mi gran respeto.
Un seguidor de los Andares

Bibliotecas comunitarias de América Latina

La Escuela de Mediadores de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá —BIBLORED—, de Colombia, propició de nuevo una bonita reunión entre los bibliotecarios de este hermano país y nuestro Asesor Ejecutivo Alfredo Mires Ortiz, para conversar sobre bibliotecas, redes, comunidad. Aquí reseñamos algunas de las principales ideas de la conversa.
Bibliotecarios de Latinoamérica
Para este importante eje, Alfredo recordó algunos elementos que nos juntan en tanto pueblos latinoamericanos, también “para recalcar qué es más lo que nos junta que lo que nos separa”. “América Latina puede preciarse de tener una portentosa raíz común; un fantástico paisaje diverso guiado por las montañas de los Andes; una historia temeraria con los mismos despotismos y similares rebeldías; y una utopía con la que aún seguimos galopando”. Es decir, tenemos una fuente común y latente, el color del alma es el mismo y por tanto nos vinculamos a través de la naturaleza que nos da el pálpito.
Recordó las palabras del escritor colombiano Gabriel García Márquez quien resumió magistralmente la singularidad de nuestros pueblos. Gabo en una Proclama titulada “Por un país al alcance de los niños”, leída en el Palacio de Nariño, en 1996, dijo que hasta antes de la llegada de los invasores, este nuestro pueblo: “No tenía una noción de Estado, ni unidad política entre ellas, pero habían descubierto el prodigio político de vivir como iguales en las diferencias”, y que –unos años más tarde–, “el mestizaje era ya una fuerza demográfica incontenible. Los miles de esclavos africanos, traídos a la fuerza para los trabajos bárbaros de minas y haciendas, habían aportado una tercera dignidad al caldo criollo, con nuevos rituales de imaginación y nostalgia”.
Trabajo en Red
Alfredo enfatizó en el significado de la palabra en quechua suq es uno, pero al mismo tiempo significa otro, por tanto, nosotros somos los demás, yo soy el otro, somos comunidad. Trabajamos en red porque así somos, o mejor, así deberíamos ser. Agregó que: “Si leer es una forma de enhebrarse con el mundo, enhebrados sabemos mejor para qué leemos, para qué estamos en esta tarea. Cuando hablamos de Red se trata de un hilo conductor, se trata de nudos, se trata de diferentes colores y texturas, pero es la misma hilaza. Una Red es una búsqueda diversa y plural del sentido, del camino y del objetivo. Pero esto no sería posible sin un sentido de la gratitud y de la gratuidad. Por eso somos voluntarios: no caemos en la lógica de los beneficios, que en el fondo es la misma lógica que la de los suplicios… Hay una causa clara que nos impele y hay una aspiración que ya nos anda esperando”.
Trabajamos en Red para que los humildes andares que emprendamos sean una certeza y también una esperanza; para que la vida de los indefensos no siga siendo una desgracia”. El sentido de ser una red es que “estamos juntos, nos sabemos cercanos, empalmados, conectados, amparados y próximos”, y esto es una responsabilidad, una formidable incumbencia”.
También recalcó que para constituir una red es indispensable tener una concepción, saber cuáles son las banderas que nos capitanean; además de considerar el consenso, la confianza, la independencia, la disposición del colectivo para “mantener el río subterráneo” y siempre tener el temple para leer el contexto.
Un bibliotecario que lee en las raíces
Recalcó que “el bibliotecario no es un tramitador de expedientes, sino aquel que asume el desafío de leer y leerse en estas raíces, en estos paisajes, estas historias y estas utopías”.Somos bibliotecarios también para guarecernos y sobrecogernos y para desenmascarar y desenmascararnos”.
Bibliotelancias: las bibliotecas como ambulancias
“Hoy por hoy, ponernos a leer y ser bibliotecarios nos pone en apuros: es una de esas emergencias que requiere de todas las “bibliotelancias”, es decir, que todas las bibliotecas se acucien como ambulancias”.
Las bibliotecas que siembran ganas y libertad
“En el caso de las bibliotecas, se trata entonces –como cuando se cultiva los campos–, de sembrar las ganas de encontrarse con el libro y con la libertad de leerlo; de abonar el deseo de develarlo y la urgencia de compartirlo; de cosechar el ímpetu de gozarlo y el deslumbre de comprenderlo”.
El libro más antiguo: la tierra
“El libro más antiguo de todos es la tierra, donde están escritos los movimientos del tiempo y del viento, el canto de los árboles, los decires de las estrellas y del agua. Donde están escritos los caminos de la lluvia y de las semillas, las voces de los pájaros y de los pueblos, las montañas indomables y las tierras cultivadas. Leer la tierra, caminarla, recorrerla y conocerla, es la mejor manera de amarla y de aprender a respetarla”.

Ubuntu

Un antropólogo que estudiaba las costumbres de una tribu africana puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y dijo a los niños que el primero que llegara al árbol ganaría todas las frutas. Dada la señal, ¡todos los niños se tomaron de las manos y salieron corriendo al mismo tiempo! Luego se sentaron bajo el árbol para disfrutar de la comida.
Cuando el antropólogo preguntó por qué habían actuado de esta manera, respondieron:”Ubuntu, amigo: ¿cómo uno de nosotros puede ser feliz, si todos los demás están tristes?”
Y cómo todos los demás podríamos estar felices, si uno de nosotros está triste. O, como decimos en Bibliotecas Rurales: “¿y si usted fuera nosotros?”
Rita Mocker

Es la naturaleza la que nos da el pálpito

Bibliotecas Rurales de Cajamarca se encuentra próxima a cumplir 50 años de caminar en las diferentes comunidades de Cajamarca. Se fue forjando de a pocos, pensando en el otro como en uno mismo, porque el otro es uno mismo; respetando la naturaleza y adaptándonos en el tiempo.
Nuestro compañero Alfredo Mires, en medio de la virtualidad, cuenta el quehacer de nuestra Red en un conversatorio con BibloRed de Bogotá. Con sentidas palabras nos hace sentir orgullosos de lo que somos, nos anima disfrutar de lo que hacemos y a mirar con esperanza los nuevos tiempos.
Para ver el conversatorio completo, ingrese al enlace:

BIVIR andando

Desde hace meses ya, en este pandémico año 2020, nuestro compañero Alfredo empezó a cranearse una propuesta que respondiera a los diagnósticos previos del contexto social y organizacional de nuestra Red y los desafíos y necesidades para enfrentar la coyuntura actual. Así es que, desde el mes de agosto, luego de ser aprobada por el Equipo Central y acordar con nuestras familias bibliotecarias en el campo de Cajamarca, empezaron los caminares de la Estrategia de Coordinación Remota ECOR— y la Biblioteca Virtual de la Red —BIVIR—. Hemos realizado algunos encuentros vía WhatsApp con los coordinadores de zona o sector y de las bibliotecas rurales en instituciones educativas —BRIE—; ya se han compartido algunos materiales de lectura, textos, afiches para inspirar y continuar con las labores de nuestras bibliotecas rurales en las comunidades.
Es otra manera de seguir juntos, estar presentes y ratificar nuestra convicción y ánimo para compartir libros, lecturas, voces y caminos.
¡Infinitas gracias por estar y continuar!

Lectura, estudiantes y familias

El pasado 14 de octubre, nuestro compañero Alfredo se reunió con los profesores de diversas provincias de Cajamarca, a través de un webinar organizado por la Dirección Regional de Educación de Cajamarca —DRE—, para conversar sobre la lectura, los estudiantes y las familias. Resaltamos algunas ideas expresadas por Alfredo:
- Llamó la atención sobre la descontextualización de los libros usados en el sistema educativo, en tanto tienen un molde opresivo y no responden a las condiciones y realidades de la población. Así mismo de la supuesta neutralidad de la educación que impone una visión del mundo, ajeniza los contenidos y nos ajeniza a nosotros mismos para que dejemos de ser indígenas y cajamarquinos, para que abandonemos el rostro propio.
- Sobre el uso de las tecnologías dijo que “el aprovechamiento de los medios tecnológicos es una maniobra recursiva, no es una propuesta pedagógica. No son la causa, ni la razón de ser”.
- Refirió la cuestión del analfabetismo funcional o la desconexión estudiantil con el universo de la lectura auténtica; señaló que “no es exclusivo del área rural: en la ciudad probablemente es peor pues se halla más vinculada a las fuentes de predominio enajenante”.
- Sobre el tema de las estrategias educativas para la lectura y demás asuntos de la enseñanza, propuso que estas sean vistas como un plan de acción o proceso para lograr un objetivo. Pero, antes, habría que preguntarse si se tiene claro el propósito que se quiere alcanzar, pues es necesario considerar que “una estrategia no nos sirve si los principios, los diagnósticos y los objetivos no están meridianamente planteados”.
- Habló de dos caminos para lograr procesos vivificantes de lectura: de un lado, la presencia de libros adecuados, pues no podemos animar a la lectura si no nos proveemos de los materiales para leer. Y de otro, hizo énfasis en la importancia de dar ejemplo, pues “es necesario que los estudiantes vean a sus padres, a sus docentes, a las autoridades, felices leyendo libros o hablando de lectura”.
- Sobre la lectura repuso que gramaticalizar no es leer, ya que podemos leer de múltiples maneras. Leemos con todo: con el olfato, con las manos. La lectura no está circunscrita al texto y, aunque la lectura es visual, no deja de ser auditiva porque siempre se vocaliza, siempre se está haciendo sonar las palabras.
- Unos de los mejores libros para nuestros pueblos son aquellos que emergieron de las comunidades, los que fueron paridos por esta tierra fecunda
- “Una de las más terribles autoflagelaciones es subestimar lo que somos, lo que valemos en el fondo. Y dejamos fenecer, diluir y desaparecer aquello que nos hace posibles y que nos otorga la belleza y nos multiplica la genialidad”.
- “Lo que tenemos que cultivar es el gusto vivo y avivador por la lectura, el extraordinario placer de leer y la sensibilidad de compartir y poner en práctica lo que aprendemos”.
- “Cuando un niño que está en la escuela deja de apreciar la extraordinaria valía de ser chacarero, lo que pierde no es un puesto de trabajo: lo que pierde es el sentido de su cultura y el talante de su horizonte. Lo que se pierde no es un peón: se pierde la sabiduría de la tierra. Si se pierde una antigua semilla de papa, no se pierde un recurso fitogenético: se pierde la alimentación del mañana, se pierde la esencia de los futuros gratos”.
- Volvió sobre la importancia de rescatar la razón de ser de la palabra, que vivifica la cultura y que hace posible la vida de esas tradiciones. Invitó a que la palabra escrita no enfríe la vida de la voz hablada, cuidar de no congelarla, de no aislarla de la sensación vivida y vivificante.
https://pt-br.facebook.com/Direcci%C3%B3n-Regional-de-Educaci%C3%B3n-Cajamarca-792142750944542/videos/conversatorio-bibliotecas-rurales-de-cajamarca-lectura-estudiantes-y-familias/2831057390550879/?__so__=permalink&__rv__=related_videos

Educación sin barreras

En el ciclo de Conferencias Internacionales organizado por la Unidad de Gestión Educativa Local, participó nuestra compañera Rita Mocker, para compartir sus experiencias del día a día con nuestros queridos ‘Juanitos’.
Rita expuso acerca del Concepto Bobath y, fiel al estilo de la Red de Bibliotecas Rurales, terminó con un cuento aleccionador que nos invita a aprender de los más pequeños, quienes no entienden de diferencias ni de competencias y solo quieren disfrutar los buenos momentos, sonreír juntos, ser felices cuando todos están felices.
Nuestro reconocimiento, compañera, por tu dedicación, porque venciendo obstáculos, ofreces tu apoyo y haces posible que los Juanitos –mal llamados discapacitados–, sonrían y digan “Nosotros podemos”.

Octubre trae recuerdos

Cuando una familia desciende de un pueblo pequeño, pese al transcurso del tiempo hay costumbres que no pasan y, por el contrario, se añoran cada día más, se hacen más fuertes en los recuerdos.
Así nos sucedió hace algunas semanas: al ver muy cercana la fiesta del Virgen del Rosario en Ichocán, recordamos a nuestros padres que presurosos alistaban su equipaje para ir al pueblo unas semanas antes y empezar el amasijo, preparar los ricos panes de maíz, las turcas, las rosquitas, el pan… todo, para esperar la visita de los hijos y los nietos.
Los viejitos ya descansan y quienes quedamos no hemos aprendido lo suficiente, pero las ganas pueden más. Así, con las viejas recetas de las abuelitas, este año aprendimos a preparar algunos de esos dulces. Ojalá con la práctica mejoremos los sabores aunque, como dicen mis hijos, en horno de gas no es lo mismo que en horno de leña.
Y es que al recordar estos amasijos nos vienen también a la memoria otros recuerdos, como el olor de la cocina de leña, la algarabía de los muchachos trepando a los árboles para recoger cansabocas, nísperos; o las ganadas buscando la mejor piedra para chancar nogales; también el murmullo del cuyero y, cómo no, el recuerdo de algunas conversaciones entre vecinas o familiares:
Buenos días, hermanita, hazme un bien: préstame tu ruco, porque mi cuya ha parido.
¡Cómo no, hermana! Pasa hasta que lo pesco das.
O:
¡Vecino Pancho! Buenos días. ¿Está, usted?
Buenos días, don Manuelito. Acá estoy, cegando un poquito de alfalfa para los cuyes. Dígame, qué será.
Présteme, don Panchito, su zapapico; lueguito le devuelvo. Necesito aporcar y del mío se ha desgastado el mango. Esta semana ya lo arreglo.
Ya, don Manuelito, cómo no. Téngaste.
Estos recuerdos no pasan.
Hace poco supimos de familias que han regresado, procedentes de otras ciudades, a vivir al pueblo. Dicen que hay más casas habitadas. Yo pienso que ojalá sea para bien. Y no es por querer volver al pasado, es por el temor a perder lo que queda. Es necesario preservar esos recuerdos y practicarlos. Esos gestos solidarios ya no se ven en estos tiempos; esas buenas costumbres se van perdiendo.
Si no queremos más recuerdos tristes de esta y otras pandemias, es mejor rescatar lo que nos hace vivir sanos, en armonía, en paz con los vecinos y con la naturaleza. Y, todo lo nuevo que viene, si es para bien, bienvenido sea.
Lola Paredes