octubre 15, 2014

Premio a Lola

Nuestra querida compañera Lola Paredes, apreciada por su coraje y su buen sentido humor –no para de hablar, de leer y de imaginar–, ahora nos hace enorgullecernos una vez más de su presencia en nuestra familia.
Hace unos días participó con su cuento “La cuesta del pozo” en un concurso de cuentos para docentes “Crea tu mejor cuento”, organizado por una institución privada, ganando un merecido premio que le hicieron entrega en medio de los aplausos y reconocimientos de sus alumnos y compañeros de trabajo.
Lola muy emocionada nos dirigió algunas palabras:
Gracias a mis alumnos, gracias a Bibliotecas Rurales que me ayudaron en mi formación. Este cuento lo escribí desde mi experiencia como profesora en los inicios de mi carrera y está inspirado en situaciones reales; y que bien que le hizo dormir al cuentito, durmió hace más o menos 24 años, lo desperté, le hice algunos retoques y este es el resultado. ¡Anímense a escribir!
Todo nuestro reconocimiento y nuestras más sinceras felicitaciones.

Arte y lectura, un binomio que anima

El viernes 10 y sábado 11 de octubre, en la Escuela Campesina Alternativa de Pomabamba, Alfredo Mires facilitó un buen ambiente para animar a leer, escribir y reflexionar en torno fantástico mundo de los libros.
El taller contó también con el apoyo de Laura López, de Colombia, amiga de la Red de Bibliotecas Rurales.
Entre las reflexiones de los participantes podemos compartir:
“La lectura debe ser una experiencia familiar con un efecto muy positivo en la educación… los padres y maestros leen… los niños aprenden”.
“No hay una verdad, sino varias, y es leyendo que podemos comprender lo que hay que hacer”.
“El Arte y la lectura nos animan a aprender más y mejor”.

Que leer sea el verbo preferido,
un libro una compañía  favorita
y escribir una pasión para sonreír.

“La serpiente antigua”

Como profesora, este año estoy trabajando con niños de primer grado; ellos tienen entre 6 y 7 años de edad.
Lo que más me gusta de mis niños es que les gusta leer. Por eso, en nuestra aula, hemos adaptado un espacio para dedicar unos momentos de cada día a la lectura. No siempre es a la misma hora, aunque preferimos que los rayos del sol ya estén “al otro lado” porque, si no, nos queman mucho.
Como es un espacio pequeño y frío debido a los materiales del piso, hemos colocado algunas alfombras que nos permiten sentarnos más cómodos; y para no ensuciar nuestra “salita de lectura” entramos solamente en medias, así evitamos que el polvo de los zapatos cubra este espacio.
Cada niño escoge lo que quiere leer y tenemos toda clase de libro: obras pequeñas para niños, cuentos, libros acerca de curiosidades, de dinosaurios, poemas para niños, revistas, diccionarios, atlas de geografía y todo aquello que desata su interés y su curiosidad por la lectura. Pero también tenemos los libros escritos por los propios campesinos cajamarquinos, libros de las Bibliotecas Rurales que cuentan –de la manera más entretenida– nuestras tradiciones, mitos y leyendas propios de esta comunidad.
Muchos de mis niños gustan de esta lectura, así como Sebastián, quien descalzo, sentadito en un rincón, lee un cuento acerca de la serpiente antigua, el mismo que después corrió a contarme lleno de emoción y satisfacción: “¡En este libro hay un cuento que habla acerca de la serpiente, profesora, tienes que leerlo!”.
Lola Paredes